Hace algunos meses, dos jugadores de la selección española se pelearon en un entrenamiento. La lamentable escena fue muy difundida en los medios. Un militante de FA propuso utilizarla en una de nuestras campañas, como metáfora de lo que estaba sucediendo en España. Junto a esa imagen negativa, la idea positiva de Falange Auténtica: queremos seguir formando equipo. Los derechos de autor de la foto y los de imagen de los futbolistas nos hicieron desistir de una idea, por lo demás tan oportuna como gráfica.
El partido del miércoles ofreció justamente la cara opuesta a aquella pelea entre compañeros. Miles de personas en el estadio, millones ante el televisor, de distintas edades, formas de pensar, condiciones, procedencias… se identificaban con un mismo país y con los símbolos comunes que le representan. Sin complejos, sin miedos. Un equipo se abrazaba mientras escuchaba el himno de España. Y un pueblo animaba y aplaudía a los jugadores que lo representaban en esta competición.
Fue, en conjunto, otra metáfora que nos gustó mucho más: sobre el terreno, en un mismo equipo, con un mismo objetivo, con una misma idea, un Iker, un Fernando y un Raúl madrileños, un Carles catalán, un Pablo y un Luis castellano-manchegos, un Sergio andaluz, un Xavi catalán y un Xabi vasco, un David valenciano, otro David asturiano, e incluso –qué significativo este reflejo de nuestra realidad social actual- un Marcos que nació en Brasil y un Mariano nacido en Argentina pero que son ya españoles, integrados en un mismo proyecto del que son partícipes con orgullo.