por Eduardo López Pascual
Ya es hora de que el PSOE comparezca ante la opinión pública justamente como lo que es: un partido integrado por muchos dirigentes y afiliados vinculados al anterior Régimen franquista. Cualquier observador imparcial ve, y si no, debería hacerlo, que en el PSOE abundan los cargos de máxima responsabilidad con raíces franquistas, tanto por la procedencia directa de los mismos como por pertenecer a familias de indudable inserción en el régimen nacido el 18 de Julio de 1936. Quizá por ello mismo, y fomentado por este tipo de militantes, el discurso sociata contra todo lo que implique recuerdo al General Franco, adquiere un sospechoso tono de rechazo, repulsa y odio manifiesto, tal vez fruto del resentimiento y la mala conciencia de quienes se saben pertenecientes a familias que fueron beneficiarias de aquel régimen autoritario.
Pero eso no puede hacernos olvidar que una gran cantidad de prebostes y dirigentes, con las más grandes responsabilidades en el PSOE y en el Gobierno actual, son gentes de clara vinculación familiar franquista; desde el Presidente del Congreso de los Diputados, Pepe Bono, hijo de un alcalde del Movimiento Nacional en su pueblo natal, hasta otros tantos ediles de muchos municipios de España.
No es difícil hallar esta deriva familiar que se da incluso en la Vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, Teresa de la Vega, hija de otro destacado miembro del Régimen anterior, distinguido por éste con algunas de sus recompensas y prebendas, o que el Vicepresidente tercero, Manuel Chávez, sea igualmente hijo- nada menos- que de Antonio Chávez, un militar alzado al lado de Franco en 1936 y de África González,responsable de la Sección Femenina del Movimiento Nacional, tal vez aquellas a las que ahora acusan de“rapar a mujeres” en los años de posguerra y que ahora, quizás con mala conciencia, quieren desagraviar con 1.800 euros de indemnización. O que el Presidente de la Junta de Andalucía, José-Antonio Griñán, sea hijo de Octaviano Griñán, oficial del Regimiento de la guardia del anterior Jefe del Estado, o sea escolta personal del dictador... ¡Qué cosas¡