Francisco Ortiz Lozano
Concejal de Falange Auténtica en el Ayuntamiento de Ardales (Málaga)
La manifestación de Barcelona bajo el lema "Som una nació" fue calificada en muchos periódicos como "soberanista", lo cual supone un tremendo y lamentable error desde el punto de vista histórico. También se cae, incluso por parte de convencidos partidarios de la unidad nacional, en expresiones erróneas del tipo "Cataluña y España" o "En Cataluña, lo mismo que en España", como si se hablara de dos comunidades distintas y exclusivas, que, eso sí, "mantienen y aspiran a seguir manteniendo buenas relaciones", en lugar de decir "en Cataluña, así como en el resto de España". Hay que ser rigurosos en el uso de las palabras para no favorecer ese juego oscuro. "Soberanista" es, por ejemplo, la pretensión de muchos ciudadanos del Ulster con respecto a Gran Bretaña, puesto que fue un territorio "conquistado" por los ingleses en un momento del pasado y para el que aquéllos desean recobrar la soberanía (irlandesa). Pero en el caso de Cataluña es un disparate hablar de "soberanía", puesto que no solamente jamás en toda la Historia fue conquistada por el resto de España, sino que la actual Cataluña fue esencia y cogollo de Hispania, el primer trozo peninsular en llamarse Hispania, el último en mantenerse como "reino de Hispania" entre los años 711 y 718 durante la conquista sarracena y la única tierra que conservó el término a lo largo de la Alta Edad Media, denominándose "Marca Hispánica"; las entrañables tierras catalanas ya se llamaban Hispania 1333 años antes de que apareciese por primera vez la palabra "Cataluña".
Ni un solo documento antiguo, medieval ni moderno del área catalana alude a una supuesta comunidad o nación distinta a Hispania. Al contrario: absolutamente todas las crónicas catalanas aluden a Hispania como única y exclusiva comunidad histórica de la península, "rota" a causa de la conquista musulmana. La unidad de Castilla con Aragón (incluida Cataluña) fue natural y se celebró como se celebra la recuperación de algo largamente esperado: la feliz reunión de la antigua Hispania de hasta el siglo VII, cuando los obispos de Sevilla y Gerona se escribían cartas sintiéndose compatriotas de esa Hispania que los abarcaba a todos. Las revueltas barcelonesas de los siglos XVII y XVIII ante Felipe IV y Felipe V jamás fueron antiespañolas, sino que esgrimían como lema "Visqui el rei i mori el mal govern". Se malea la verdad histórica y se confunde a la gente al asimilar España con Castilla: es evidente que Cataluña no es Castilla, pero es inadmisible que se niegue que Cataluña es España. Por lo tanto el calificativo, hablando con rigor, que corresponde a la iletrada política promovida por esa minoritaria parte de los catalanes que gritan "Catalonia is not Spain" es el de "secesionista". Son secesionistas porque se empeñan en separar, desgajar, descomponer algo que siempre estuvo felizmente unido y en paz: Hispania, España.