Por Eduardo López Pascual
Hasta hace dos minutos, ser projudío, O defender la causa semita ante todo y contra todos, era un valor progresista, bandera de ta izquierda radical y no tan radical que se preciara, hasta el punto de que quien osara un discurso en contra del pueblo de Israel, más o menos razonado, aparecía condenado a la más alta calificación fascista. Quienes se atrevieran a criticar cualquier aspecto de la historia hebrea, automáticamente caía en la degradación social y política más extrema y sus defensores condenados a la marginación Y persecución, según fuera conveniente. En esta postura de alineaban los grupos “progres” de la sociedad universal de toda la vida, y por supuesto la de los españoles, ( Zapatero y su pañuelo palestino) eso, sí, siempre que ellos tuvieran las llaves del manejo. En definitiva ser pro- judío era estar en el lado bueno, porque era una actitud de izquierdas.
Pero de pronto, o de casi muy pronto, en Europa y posteriormente en una gran parte de este mundo, tan extraño, ese mensaje de “ante todo defensa de los judíos”, ha dejado de ser una sentencia axiomática en estos grupos, para transformase justo al revés - en una incompresible vuelta de hoja-, y convertirse en una sistemática actitud antisemita, quizás con las mismos falsos argumentos con que antes los bendecían., y que ahora, sin darnos cuenta, constituye el ataque más pertinaz y perverso que hemos visto en mucho tiempo contra un pueblo. O sea, ser antisemita hoy, ha pasado a ser reivindicación constante de los izquierdistas de salón, y ya no sabemos si por esto se les acusarán de nazis que, como todo el mundo conoce, se pasaron media vida eliminando judíos en media Europa.
La avalancha de críticas frente a la acción del ejército hebreo contra la “flotilla de la libertad”, que se dirigía a Gaza y que acabó con heridos y muertos, ha sido en esta ocasión la excusa para lanzarse como buitres contra el Estado Judío, la única democracia formal de todo el Oriente Medio; naturalmente en seguida nacían las voces orquestadas en el mundo mundial poniendo a los mismos semitas, que antes defendían con tanto ardor, enteramente a los pies de los caballos. Y mira por donde, esos gritos provenían precisamente de la izquierda caviar y el “universo progre”, en, ya digo, una carambola dialéctica muy difícil de explicar, Ahora los judíos son asesinos, practican la masacre y asaltan barcos de pacifistas. Todo un lenguaje preparado, si no fuera porque son los mismos que antaño prohibían cualquier crítica a esos mismos nacionales. Hay que ser unos inmorales – bueno no sé si tienen moral -, pero sí que son unos auténticos hipócritas que en estos momentos son capaces de negar hasta el mismo Holocausto.
Pues bien, yo me resisto a seguir el discurso “correcto”; no me pondré el pañuelo palestino, ni mucho menos aplaudir a Hamás- organización terrorista según la ONU-, y entenderé aunque lamente un sólo muerto en esta guerra no declarada, la actitud hebrea y de su ejercito, perfectamente justificado para defender a su país, a su patria, de posibles o seguros fraudes humanitarios. Dice la ONU que el bloque a Gaza es absolutamente legal.; y la verdad sólo tiene un camino..¡Qué hablar de cómo me llamarán los poseedores de la verdad absoluta¡, pero no me podrán llamar fascista, aunque lo sientan; si acaso, sionista, que tampoco está mal. Digo.