Por Eduardo López Pascual

Hasta hace dos minutos, ser projudío, O defender la causa semita ante todo y contra todos, era un valor progresista, bandera de ta izquierda radical y no tan radical que se preciara, hasta el punto de que quien osara un discurso en contra del pueblo de Israel, más o menos razonado, aparecía condenado a la más alta calificación fascista. Quienes se atrevieran a criticar cualquier aspecto de la historia hebrea, automáticamente caía en la degradación social y política más extrema y sus defensores condenados a la marginación Y persecución, según fuera conveniente. En esta postura de alineaban los grupos “progres” de la sociedad universal de toda la vida, y por supuesto la de los españoles, ( Zapatero y su pañuelo palestino) eso, sí, siempre que ellos tuvieran  las llaves del manejo. En definitiva ser pro- judío era estar en el lado bueno, porque era una actitud de izquierdas.


Leer más...

por Juan Francisco González Tejada

En los últimos meses los FUNCIONARIOS han pasado a ser, sin buscarlo, y lo que es peor, sin quererlo, al centro de atención de la política, y de los especialista en asuntos económicos y financieros.

Al comenzar a hablar de funcionarios o de la función publica tenemos que analizarlo desde  la concepción empresarial según la cual la administración a través de los funcionarios vende o presta un servicio que los ciudadanos pagan vía impuestos de forma solidaria, de tal manera que recibiendo todos el mismo servicio, cada uno contribuye en función de sus rentas, de su capacidad de compras etc, veía impuesto directos e indirectos.

La crisis ha provocado una reducción grave para el pago de esos servicios, al no poderse recaudar el mismo nivel de ingresos que lo que supone el gasto de la administración publica, que en los últimos años estableció nuevos gastos fijos y estructurales cuando los ingresos vía especulación inmobiliaria era predecible que serian temporales, por mucho que durara la bonanza. Ahora esos políticos, esos partidos que en todos los niveles de la Administración del Estado ( Gobierno Central, Autonómicos, Locales, y Diputaciones) hicieron crecer el gasto de forma irresponsable creando nuestras infraestructuras administrativas, duplicidades etc, creando unos puestos de trabajo en la administración por encima de lo razonable, bien mediante personal funcionario, personal laboral o subcontratación de servicios, en lugar de hacer un análisis riguroso del gasto publico, al que no pueden acceder por haber transferido a las autonomías la gestión de competencias que la propia Constitución reserva para el Gobierno Central. Pues bien en lugar de eso,  sin ningún tipo de escrúpulos, y para contentar a los mercados del capitalismo financiero, han seguido la vía mas fácil y mas injusta, plantear una reducción de salarios para los funcionarios, cuando saben que de seguir por el camino que vamos, tendrán que acometer la necesaria reforma de la administración del Estado.

Nosotros nos negamos a meter en un saco a todos, bajo el termino de FUNCIONARIOS. Para nosotros el esfuerzo, la capacidad y el merito siguen siendo valores a defender, conjugados con las funciones que estos funcionarios prestan a la sociedad en la escala de prioridades de derechos sociales que hacen mas iguales y mas dignas a las personas, a los ciudadanos.


Leer más...

 

Elvira Lindo en Elpais.com

La democracia es ese raro sistema que permite a los individuos expresar opiniones en contra del sistema y a favor de otros sistemas que no les permitirían el menor asomo de disidencia. La democracia es también ese sistema en el que podemos compatibilizar la denuncia de cualquier pequeño atropello a nuestras libertades con la defensa de dictaduras liberticidas. La democracia es ese sistema que me sirve en bandeja opiniones antidemocráticas que serían tachadas de traición a la patria si no fuera porque la democracia nos permite la veleidad de no ser patriotas, de no creer en nada. Ni en la democracia. No me considero una fundamentalista democrática; digamos que considero éste el más humano de los sistemas posibles. Ya es algo.

Leer más...

por Eduardo López Pascual

Eduardo López Pascual, mayor de edad, vecino de esta ciudad, casado y ya retirado de mi trabajo como profesor, después de toda una vida entre vosotros, confieso. Confieso que soy falangista casi desde los diecisiete años, luego de haber vivido diez años dentro del Frente de Juventudes y de las Falanges Juveniles; confieso que fue allí donde me inicié en cosas tan peligrosas como amar a España. A saber convivir con todos los muchachos de mi pueblo, a caminar junto a ellos, a comer de la sartén los arroces del domingo en las marchas de las centurias, a dormir ocupando la misma tienda de campaña, a rezar un padrenuestro conjunto, a cantar letras que hablaban de camaradería, de servicio, de hombres del mañana. Confieso que ha sido en esas centurias de jóvenes, repletas de adolescentes de todas las clases sociales, más de las humildes como yo, donde escuché las primeras palabras escritas por un español excepcional, José Antonio, que hablaba de justicia social, de esperanza por una patria grande y libre. Y confieso, como no, que allí me enseñaron cosas tan extrañas como respeto, obediencia, esfuerzo, convivencia y perdón. A superar diferencias cuando otros compañeros procedían de situaciones distintas, como los camaradas saharauis musulmanes, o los hijos de hombres que lucharon en bandos muy contrarios en una guerra incivil. Confieso que oí hablar de la Falange, y que eso abrió un sentido de compromiso por mi país; y desde ese sentimiento llegué a querer servir a España y a los españoles.


 

Leer más...

Por Juan Francisco González Tejada

 

¡¡Trabajadores españoles!! por este camino ¡¡ NO!!. Existe un camino para la esperanza.

En ese rebaño en el que se han convertido los partidos, ante la grave situación que atravesamos, ante el previsible agravamiento que está por venir, se les ha dicho a los unos, a los del PSOE, que nada puede hacerse, y así repiten y repiten como buenos corderitos que nada puede hacerse.

A los otros a los incondicionales corderitos del PP, se les ha dicho que malo, malo, malísismo es Zapatero. Y esto ni es cierto, y tampoco les falta razón, pero algunos de los graves problemas que tenemos que afrontar no han sido provocados por el actual presidente, porque algunos se anclan en el nacimiento mismo del texto constitucional, y la Ley Electoral, otro son consustanciales al sistema político capitalista, y el neo-liberalismo económico imperante, donde algunos creen que el mercado todo lo regula, y como se ha visto lo que regula es como exprimir a hasta la extenuación financiera a las clases trabajadoras con la complicidad de todos el arco ideológicos en el poder, incluido los sindicatos de clase.

Existen soluciones, al menos existen alternativas para dejar de hacer lo que nunca debiera seguir haciéndose, para no agravar mas los problemas, y establecer una base sobre la que despegar lo antes posible de la crisis y con el menor sufrimiento para las clases mas desfavorecidas.

La primera medida es una medida educativa, es la de tomar conciencia de que es el trabajo de donde nace la riqueza, y desde ese convencimiento es preciso modificar el estatus de los parados antes que modificar el estatus de los pensionistas y de la ley que los regula.

PARADOS-ACTIVOS EN LA ACCIÓN SOCIAL

Si esta crisis nos va a llevar a dejar de atender necesidades sociales, una medida es que el Estado en todos sus niveles ( Municipios, Diputaciones, Autonomías, y Administración Central) se puedan servir de la fuerza del trabajo de quienes reciben prestaciones y están en paro, atendiendo situaciones, que de no hacerse así, quedarían sin cobertura social. Esto requiere que esos miles de millones de Euros que nos gastamos en formación se encaminaran, en una parte,a satisfacer las necesidades de estos proyectos. Estos puede ser tanto de acción social asistencial, como medioambiental, en las zonas de bosques y monte, donde la prevención de incendios y la repoblación forestal también son generadores de riqueza. 

PARADOS-ACTIVOS EN LAS SUPLENCIAS POR BAJAS

Es preciso aprovechar la fuerza del trabajo de los que estemos parados cobrado prestaciones, y que las bajas tanto en la administración pública, como en las empresas privadas se cubran con estas personas a las que se le complementaria hasta el cien por cien del salario, por parte de la administración o la empresa privada. Estableciendo para la empresa privada, una cotización por esa parte en la que se complementa el salario, que se dedicaría en su totalidad a los fondos de pensiones. Y en la empresa pública se establecería un medida similar.

 



Leer más...