La enésima metedura de pata del Gobierno consiste en sacarse de la manga un homenaje a la bandera nacional un miércoles de cada mes en Madrid, la capital del Reino. ¿Piensa el Gobierno que va a fomentar el patriotismo, "constitucional" eso sí, con homenajes institucionales a la bandera? Por ese camino lo único que va a conseguir es polémica y enfrentamiento como siempre y con los de siempre.
Eso no es patriotismo, eso es nacionalismo, así, sin adjetivos, pues el nacionalismo es igual allende que aquende el Ebro. Igual de empobrecedor y perjudicial es el nacionalismo vasco que el catalán o el español. Es nacionalismo al fin y al cabo, y el nacionalismo es el egoísmo de los pueblos, de cualquier pueblo. Así que no es que el Gobierno se nos haya vuelto patriota de la noche a la mañana, sino que le ha salido un venazo patriotero y nacionalista de aupa, cosa normal en un partido de derechas como el PP por mucho que lo quieran disimular. Ahora, lo que tampoco es de recibo es la reacción de los acomplejados de siempre, esos a los que les sale urticaria en cuanto oyen la palabra España o ven una bandera rojigualda, esos no tienen remedio.