En los últimos días se han lanzado propuestas y desafíos de gran interés en medios de difusión falangistas. Dos son particularmente importantes.

Por una parte, el que fuera director del Centro de Estudios Económicos y Sociales, José Manuel Cansino, se refería a la "segunda descentralización" promovida por el Gobierno del PP como una estrategia escapista que apuntaba a la restauración del caciquismo local sin viso alguno de restaurar, antes al contrario, la necesaria cohesión nacional. En tal sentido hemos tenido oportunidad de ver en estos días al Ministro de Hacienda, hablar del nuevo sistema de financiación local sin dato alguno que apunte a los mecanismos de solidaridad interterritoriales.

 

La Constitución de 1978 se ha mostrado incapaz de lograr una solidaridad nacional efectiva; ante este fracaso de voluntad política y de lagunas técnico-jurídicas (el Título VIII de la Constitución no desarrolla esos mecanismos de colaboración entre las tierras y los pueblos de España), es inaplazable la reforma del modelo de Estado. Es necesario que los falangistas nos comprometamos con la tarea; la convivencia y la perversión de la misma en forma de terrorismo, depende del logro de una Patria Grande, Amplia y Justa. Oportunidades para los encuentros y las propuestas no faltan. Por ejemplo, la Plataforma 2003 abordará en su Escuela de Verano la realidad de los municipios y las comarcas; el Seminario de Víznar (Granada) es otra oportunidad interesante, futuras convocatorias de la Fundación José Antonio o foros promovidos por medios de comunicación independientes como FalangeHoy son otras posibilidades a considerar.

Por otra parte, varios artículos del sociólogo extremeño (y candidato falangista a la alcaldía de Guareña, todo hay que decirlo), Pedro Miguel López, ha vuelto a subrayar el protagonismo del ámbito local en aspectos tan necesarios como el desarrollo sostenible.

El modelo de Estado y las funciones del Municipio son los desafíos planteados. Corresponde a los falangistas y a las organizaciones políticas, ofrecer respuestas imaginativas y leales en lo ideológico.

Ocurre también que el próximo año se celebrarán elecciones municipales. La reducidísima presencia falangista en los ayuntamientos españoles habrá de enfrentarse en esta ocasión a una acentuada diáspora azul. Será (o lo es ya) el momento, de explorar los espacios de encuentro, de elaborar propuestas asumibles, de ejercitar el tan necesario diálogo que permita llevar a la sociedad española una alternativa fresca, patriota y rebelde. Desde Falange Auténtica nos disponemos a dar este paso. El resultado depende de todos.