De quién y cómo resulta ser dictador para Pedro Sánchez
Por Fernando Valbuena
publicado en El Periódico Extremadura (01/12/2018)
Según Pedro Sánchez, de momento, no habrá elecciones. Lo que no aclara es si se refiere a Cuba o a China. Ignorancia o maldad. La maldad suele ser hija predilecta del más rampante interés. No hace falta ser doctor en nada para saber que las revoluciones socialistas prescinden del siempre engorroso trámite de escuchar la opinión de las masas sojuzgadas. Ignorancia o maldad. Una de dos. No se me ocurre otra causa a la que atribuir el comportamiento de algunos.
De un presidente de gobierno se espera un mínimo de coherencia. ¿Desconoce acaso Pedro Sánchez que en China, según Amnistía Internacional, se detiene de manera arbitraria y se tortura a los disidentes? ¿Desconoce que es el mayor verdugo del mundo? ¿Desconoce que desconocen lo que es celebrar elecciones libres? ¿Desconoce, pongamos por ejemplo, que allí se practica de manera sistemática la extracción de órganos de presos de conciencia sin siquiera su autorización? ¿Desconoce que tanto Cuba como China fueron, y siguen siendo, dos dictaduras? Si lo desconoce es ignorante, pero, si lo conoce, es algo aún peor. Pedro Sánchez lleva dándonos la matraca con la exhumación de los restos de Franco desde que aterrizó en la Moncloa. A moro muerto toda lanzada es pequeña. Parece que hubiera dictadores 1.0 y dictadores 2.0, según convenga al trepa de turno. El presidente, obviamente, usa una doble vara de medir; y la de mentir a conveniencia. ¿Ignorancia o maldad? Pero no descarten nada. Dados sus pobres antecedentes académicos todo es posible.