De quién y cómo resulta ser dictador para Pedro Sánchez
Por Fernando Valbuena
publicado en El Periódico Extremadura (01/12/2018)
Según Pedro Sánchez, de momento, no habrá elecciones. Lo que no aclara es si se refiere a Cuba o a China. Ignorancia o maldad. La maldad suele ser hija predilecta del más rampante interés. No hace falta ser doctor en nada para saber que las revoluciones socialistas prescinden del siempre engorroso trámite de escuchar la opinión de las masas sojuzgadas. Ignorancia o maldad. Una de dos. No se me ocurre otra causa a la que atribuir el comportamiento de algunos.
De un presidente de gobierno se espera un mínimo de coherencia. ¿Desconoce acaso Pedro Sánchez que en China, según Amnistía Internacional, se detiene de manera arbitraria y se tortura a los disidentes? ¿Desconoce que es el mayor verdugo del mundo? ¿Desconoce que desconocen lo que es celebrar elecciones libres? ¿Desconoce, pongamos por ejemplo, que allí se practica de manera sistemática la extracción de órganos de presos de conciencia sin siquiera su autorización? ¿Desconoce que tanto Cuba como China fueron, y siguen siendo, dos dictaduras? Si lo desconoce es ignorante, pero, si lo conoce, es algo aún peor. Pedro Sánchez lleva dándonos la matraca con la exhumación de los restos de Franco desde que aterrizó en la Moncloa. A moro muerto toda lanzada es pequeña. Parece que hubiera dictadores 1.0 y dictadores 2.0, según convenga al trepa de turno. El presidente, obviamente, usa una doble vara de medir; y la de mentir a conveniencia. ¿Ignorancia o maldad? Pero no descarten nada. Dados sus pobres antecedentes académicos todo es posible.
¿Acaso desconoce que el Partido Comunista es el causante de más de setenta millones de muertes en la República Popular China? No mil, no dos mil. Setenta millones de muertos. El mayor genocidio de la Historia. ¿Acaso desconoce que se estiman en diez mil los asesinados durante la represión que siguió a las protestas de Tiananmen en 1989? Diez mil del tirón. ¿Acaso desconoce que todavía hay homosexuales en la China comunista a los que se les somete a descargas eléctricas supuestamente terapéuticas? ¿Acaso desconoce que la riqueza china solo alcanza a unos pocos? Capitalismo para minorías; porque la inmensa mayoría del pueblo chino padece el socialismo de siempre, o sea, miseria, hambre y represión. Más de quinientos millones de chinos, según el Banco Mundial, viven con poco más de cien euros al mes. Esos no van a ser precisamente los que nos compren los jamones. Un país, dos sistemas; capitalismo para los afines al partido y terror socialista para el resto. ¿Ignorancia o maldad?
Vamos a suponer que lo desconozca. Vamos a suponer, por un acaso, que desconozca también que en Cuba no hay esperanza de elecciones desde 1959. Vamos a suponer que no sepa que Cuba lleva casi sesenta años de cartillas de racionamiento y hambruna. A esos compañeros socialistas tampoco les vamos a poder vender jamones. No tienen con qué pagarlos. Trescientos gramos de pollo por persona y mes; esa es toda la proteína, amén de ocho huevos, que incluye la dieta del cubano. ¡Qué pena de la muy hermosa Cuba! ¿Ignorancia o maldad?
Pero no pasa nada. Cualquier día se prohíbe recordar la verdad. Se prohíbe como se han prohibido las películas de Winnie the Pooh en China. Se aprueba una ley de memoria histórica y se enseña en las escuelas lo que más convenga sobre Franco, sobre Cuba y, por supuesto, sobre China. Nadie ha matado más y mejor que Mao. Y tiene su mausoleo. Como Lenin. Otro que tal bailaba. Que mató menos, pero mató lo suyo. No pasa nada. Ahí está Carmena, que no parece tener reparo en rendir, rodilla en tierra, las llaves de oro de Madrid a un dictador 2.0. De momento solo unas. En eso le sacan ventaja los del Barsa. Ni más ni menos que tres insignias de oro y diamantes rogó el FC Barcelona que aceptara el Caudillo. Origen indubitado de la fortuna de los Franco... (risas). Maldad. Tanta ignorancia solo puede ser maldad.