España presume de su sistema sanitario, con razón, salvo algunas lagunas, como la atención dental, es uno de los mejores del mundo, con asistencia universal y gratuita, aunque, como todo lo demás, se haya visto perjudicado por los reinos de taifas que suponen los gobiernos autonómicos.

Entonces, lo que es bueno para la Sanidad ¿por qué no lo es para otros sectores básicos de la sociedad? Se habla cada vez más de unificar los criterios en educación, una de las principales fuentes origen de niños y jóvenes educados en la indiferencia, cuando no en el odio, hacia su propio país y en la tergiversación partidista de la Historia.

Pero los años han demostrado que, como es lógico, lo que es bueno para la elite financiera y para las multinacionales globalizadoras no lo es para la ciudadanía (antes el pueblo). Voy a poner un ejemplo muy sencillo ahora que estamos en verano.

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Mientras los politiquillos de baja estofa que padecemos en nuestras instituciones, se dedican a las discusiones, insultos y amenazas, amagando sin dar, como borrachos de taberna, una gran multinacional nipona del automóvil deja a miles de españoles en el paro, una más que sumarse a una larga lista, recuerdo la Guillete en Sevilla entre otras tantas. Pero el capital que huye no es solo extranjero, hace décadas que empresas españolas han trasladado sus sedes de elaboración a otros países con la mano de obra más barata.

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Movistar se sube al tren del blanqueo de la historia de la ETA con su nueva producción “La línea invisible”, serie televisiva sobre los orígenes de la banda terrorista recientemente estrenada, publicitada y disponible en su plataforma digital. El guión, firmado al alimón por Alejandro Hernández y Michel Gaztambide, pretende edulcorar los inicios de la organización terrorista a través de unos personajes muy jóvenes, de corte idealista y languidez angelical que se debaten entre la lucha armada y la indefensión frente a un franquismo que, todavía en 1959, mantiene bien engrasado su sistema represivo.   

Bastan apenas unos minutos de visionado para apreciar la motivación del cinematográfico libelo. Se trata de presentar los albores de la violencia etarra en términos de legítima defensa. Burda artimaña al servicio de un fin último mejor conocido: la equiparación entre las víctimas “de ambos lados”. En definitiva, trasladar las tesis de ETA y sus cómplices social-comunistas a la intimidad del hogar familiar, bien entendido que si las palabras nunca son inocentes las imágenes lo son aún menos.  

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Celebramos un 1º de Mayo de silencio y calles vacías. La izquierda, instalada en los cómodos sillones del parlamento y en las moquetas de los ministerios, huérfana de las verdaderas luchas del pasado, se empeña en buscar causas para seguir con su parafernalia teatral de pancartas y manifestaciones. El animalismo, el ecologismo, los homosexuales, la violencia de género, el clima, la xenofobia, el racismo… A medida que estas modas reivindicativas van perdiendo fuelle, van poniendo su discurso al servicio de una nueva causa que, eso sí, saben mover y difundir con una propaganda y una superioridad moral ganadas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

A rebufo de esa izquierda internacional que ganó en los sesenta la batalla de la propaganda cultural, la española supo labrar un discurso donde se ensalza aquel jardín de las Hespérides que  para ellos fue la IIª República, engrandeciendo a los supuestos genios culturales en el exilio de la España franquista, mientras reivindican el (falso) discurso del “páramo cultural” en el interior del país. Igualmente, en esta España donde, para rematar la faena, la crisis del Corona virus nos dispara hasta los 9 millones de parados, la izquierda, ahora en el poder, olvida sus orígenes de lucha obrera, desatendida desde hace décadas, para reivindicar desde sus acomodadas vidas burguesas, esas causas de moda.

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No habrá paz para los culpables

"Lo que detectamos la tarde-noche del 8 de marzo se produjo 8 o 10 días antes y estimamos que hacia la última semana de febrero es cuando se produjo el contagio importante en algunas partes del territorio español, en concreto, en la Comunidad de Madrid y esto es lo que sabemos”[1]. Estas son las declaraciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, este 25 de marzo. Deténganse unos segundos y vuelvan a leerlas, es necesario que nos empapemos de la trascendencia de estas palabras, porque entonces es cuando surgen los grandes interrogantes que gran parte del país nos estamos haciendo, sobre todo aquellos que cada día se están enfrentando, desde diferentes ámbitos, al horror y al  inmenso dolor de lo que estamos viviendo.

¿Por qué no se tomaron medidas para principios de marzo para frenar la expansión?  ¿Cómo es que no se reflejaba? ¿Cómo y por qué no quiso reflejarse? Valga un ejemplo, como tantos otros miles de los que habrá: de un caso del que tenemos noticia de primera mano y del que, si fuera necesario, se daría nombre (tantos nombres…) en sede judicial:  Estudiante de Medicina de Valencia que CON TODOS LOS SÍNTOMAS PROPIOS DE INFECCIÓN POR COVID-19, habiendo  tenido contacto con personas que habían asistido al partido del Valencia-Atalanta de Milán (el denominado ‘partido cero de la pandemia en la Lombardía’ y también en España)[2], realizó lo que el ‘protocolo’ mandaba, llamó al servicio del 112 y relató síntomas (evidentes) y circunstancias de riesgo, pero no consiguió que le hiciesen ninguna prueba; de hecho, lo que le aconsejaron es que tomase Paracetamol e hiciese ‘vida normal’ bajo el argumento de que si no tenía la certeza de que las personas con las que había estado en contacto eran positivas, no era persona de riesgo. ¿Quién en ese momento tenía esa certeza? ¿Cómo podía tenerse si no se hacían las pruebas? ¿Qué tipo de contradicción o absurdo era semejante ‘protocolo’?. Era el día 7 de marzo.

Es decir, el 7 de marzo se negaron a hacer las pruebas a personas que era casi seguro que estuvieran contagiadas y, si bien su salud no corría peligro, las posibilidades de contagio a un amplio entorno era extremas. NO SE QUERÍAN HACER PRUEBAS un día antes de que, según ahora se admite, se supiese a mediodía que los datos no eran buenos. ¿Qué podían impedir los datos que arrojasen las pruebas un 7 de marzo? La respuesta, por evidente, es innecesaria: un 8M politizado, unas fiestas regionales… Es la versión de aquella famosa consigna de Zapatero de negar la crisis por mero interés político, pero con el agravante de que esto no es una crisis cualquiera… Es económica, pero saldremos; es social, pero saldremos… Es de vidas perdidas, y de eso ya no saldremos nunca.

El Gobierno, desde su presidente, Pedro Sánchez, a sus ministros, pasando por la prensa apesebrada, esa a la que el socialista Antonio Miguel Carmona da instrucciones por  señas para que corten intervenciones molestas[3], han repetido el mantra de que ‘siempre han seguido las directrices de las autoridades sanitarias[4]’. Exigimos que den los nombres de las instituciones, organismo, científicos, que dieron esas instrucciones. Nombres y apellidos, no abstracciones para salir del paso, de quienes promulgaron mantener vida normal (más que normal, incluso, puesto que las manifestaciones masivas y otros actos multitudinarios escapan de la normalidad) el fin de semana del 7 y 8 de marzo, un fin de semana en el que el Covid-19 se descontroló, aunque ahora sepamos que se acaban de dar cuenta de que ya llevaba descontrolado varias semanas antes.

¿Tenían menos conocimiento sobre lo que iba a pasar y cómo actuar esos ‘expertos innominados’ a los que aluden continuamente los ‘portavoces’ del Gobierno que la comunidad china? Ya el 6 de marzo establecimientos regentados por chinos cerraban sus puertas en Madrid[5]. Repetimos, y repetiremos por todos los medios, que  EXIGIMOS EL NOMBRE DE LAS AUTORIDADES SANITARIAS que daban instrucciones al Gobierno, para reclamar que devuelvan todos sus emolumentos y respondan ante la Justicia o (e incluso paralelamente) para desenmascarar las mentiras, la cobardía, y la negligencia criminal de este Gobierno. Sabían lo que pasaba, sabían lo que iba pasar, pero no querían tener constancia oficial, se negaban a hacer pruebas, no fuera que saltara la estadística y se tuvieran que tomar las medidas de rigor que ya aconsejaban los expertos en Sanidad de Europa, estos sí con nombres y apellidos.

Tenemos conocimiento de otros casos, otros ejemplos, que en su momento podrán salir en sede judicial, del viernes 6 de marzo, negarles las pruebas a pacientes en Madrid con todos los síntomas, aludiendo que era neumonía (por supuesto que era neumonía, una grave neumonía provocada por el COVID-19); las pruebas se hicieron el 11 de marzo: positivo, como era de esperare. Ese 11 de marzo desde teléfono de atención al COVID-19 de Castilla la Mancha a un profesor de secundaria que llamó para decir que había estado en contacto directo con un positivo confirmado, se le dijo que el jueves 12 fuera a clase y que no estuviera en contacto próximo con los alumnos, pero que podía salir, sin ir a sitios muy masificados. Claro, un centro público de enseñanza con cientos de alumnos, profesores y personal auxiliar no les debió parecer un sitio muy masificado. Alumnos con padres, abuelos; profesores con hijos, parejas, padres; personal auxiliar con familias… Casi nada.

El enmascarar la realidad, negándose a hacer pruebas y evitando así que saltaran muchos positivos las primeras semanas de marzo, primero impidió que esos positivos empezaran las cuarentenas, y segundo sirvió de coartada para que el Gobierno no tomara medidas de aislamiento hasta el jueves 12 de marzo (a remolque de las Comunidades Autónomas). Esas nefastas decisiones POLÍTICAS, que no CIENTÍFICAS (porque los ‘científicos’ en abstracto son, eso, abstracciones por no decir excusas), nos han llevado al colapso actual del sistema sanitario, a tener que usar el palacio de hielo de Madrid de morgue, sin que los familiares puedan despedirse, ni acercarse. Hasta el adiós nos están negando ahora sí, ahora que ya no hay prevención posible.

Lo van a pagar, lo deben pagar. El daño y el dolor causado, por su cortoplacismo internado, por su cobardía, por su negligencia criminal. No daremos descanso en perseguirles, no les daremos tregua. No habrá paz para quienes han negado descansar en paz a todas aquellas víctimas no sólo de un virus, sino también de una nefasta gestión.

Mendelevio

 

[1] https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/03/25/5e7b6b74fc6c83fb7a8b4602.html

[2] https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-atalanta-valencia-partido-cero-pandemia-mas-40000-personas-contagiaron-202003251529_noticia.html

[3] https://www.periodistadigital.com/periodismo/20200323/pillan-socialista-carmona-ordenando-telecinco-corte-intervencion-enrique-lopez-consejero-popular-madrid-socialista-dice-manipulacion-video-689404283802/

[4] https://www.elespanol.com/espana/politica/20200326/irene-montero-culpa-expertos-celebracion-dijeron-momento/477702968_0.html

[5] https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20200310/474076805348/establecimientos-chinos-madrid-cierre-coronavirus.html