Por Flecha
Cada primero de Enero, en el estado mexicano de Chiapas, hombres, mujeres y niños, el alma de Hispanoamérica, los indígenas de nuestra patria, se levantan para recordar al mundo que ellos, pese al olvido, también existen. Bajan por las montañas, son campesinos, agricultores, hombres y mujeres, guerrilleros de la patria que piden tierra y libertad, como Emiliano Zapata.
A caballo y a pie, las masas de campesinos siguen a su subcomandante para liberar la patria. Las huellas de sus caballos sirven para marcar la historia de un pueblo que no se rinde, de un pueblo que aun cabalga, de un pueblo que lucha, y junto a él, Hispanoamérica entera cabalga en busca de dignidad, libertad, justicia social y paz.