Por Carlos Javier Galán
Quizá el título que encabeza estas líneas pueda llevar a pensar que voy a referirme a la actitud que, ante la figura de José Antonio Primo de Rivera, tienen los actuales responsables del PSOE, pero no es así. Quiero evocar el parecer que manifestaron los contemporáneos del fundador de Falange, los dirigentes socialistas que le conocieron personalmente.
El actual gobierno, aquejado de un fervor revisionista e iconoclasta, manifiesta un empeño tenaz en ganar la guerra civil con más de sesenta y cinco años de retraso o, en su defecto, derrocar la dictadura, me temo que también un poco a destiempo. Pero este antifranquismo tardío comete, a la par, la injusticia histórica de meter "en el mismo saco -en Guadalajara y en otros lugares, tratando de estatuas o de calles- una figura histórica, la de José Antonio que, por cronología, por ideología y por talante –seguro que esto último ZP lo comprenderá- fue absolutamente ajena al régimen del General Franco.
Para los conocedores de la trayectoria de José Antonio, para los iniciados en nuestra historia, este artículo no aportará nada nuevo: son frases ya repetidas. Pero, lamentablemente, tales juicios de valor son, sin embargo, completamente desconocidos para el gran público, para muchos jóvenes actuales, para quienes siguen incurriendo en ese desaguisado histórico que supone vincular al líder del falangismo fundacional con la dictadura franquista, que ni vivió ni propició. Desde esa impresión, merece la pena reproducirlos.