Dionisio de Osma
He tomado prestada del viejo Sócrates una de sus citas, - ignoro si quizá la más conocida -, para con su permiso o sin él, utilizarla para titular este artículo sobre José Antonio, puesto que nada más adecuado creo que podría emplearse.
Aunque no sea más que una conjetura, estoy plenamente convencido que el propio José Antonio suscribiría esta frase, de seguir entre nosotros en cuerpo, a la vista de la campaña desatada para "ningunearlo, o más, habría que decir, "talantizarlo, - de talante, no de talento, como es evidente -, haciendo uso, de la jerga represiva actual.
Mi abuelo decía que en ocasiones, este solar patrio, no tenía remedio, ni del revés ni del derecho, y es que no contentos unos con matar al hombre, y otros con sobreponerle un mito, que sí, se correspondía con la talla del gigante, pero lo deshumanizaba y resultaba innecesario, ahora que el hombre ha sobrevivido al mito, ahora que se ha comprobado cuanta razón, verdad, nobleza, desinterés y generosidad encerraban – y encierran y encerrarán - sus palabras, ahora, se intenta aniquilar el testimonio de todos aquellos que lo admiraron y siguieron, aunque algunos nunca pudieran conocerlo en persona.
La memoria de José Antonio, no está manchada de sangre española ni extranjera, salvo de la suya propia y la de tantos y tantos camaradas, asesinados vil y cobardemente, en un vano intento, de acallar una voz tan poderosa como la que de la verdad misma aflora, cosa de la que no pueden presumir muchos de sus coetáneos de la arena política de la Segunda República.
Todo esto, viene dado, por la vergonzosa actuación –entre otras muchas–, que se vive día a día en España, con los intentos redoblados de borrar el recuerdo de José Antonio, de su obra, y de su tiempo, por parte de algunos, que dicen estar henchidos de orgullo democrático, pero que a la vez, hacen gala de métodos, que recuerdan a los empleados por la Wetscheka, o si se prefiere, para los amigos del terror como forma de estado, la terriblemente conocida, como checa.
Cumplido ya el centenario de José Antonio, ahora, como era previsible, se ha cumplido el de otros de sus coetáneos, que desde la simpatía o la discrepancia, mostraron cuando menos, cierto respeto por su figura, respeto, que al parecer, los bastiones demócratas que presumen ser cierta ralea, cierta clase de individuos, - que no, personas -, no poseen entre sus escasas virtudes, ya que en concreto, al cumplirse el centenario del nacimiento de Salvador Dalí, el presidente de la fundación Gala - Dalí, ha retirado de la contemplación pública, - en un ataque de fervor demócrata -, un retrato de José Antonio que se encuentra en la residencia del artista, en Port Lligat, por "incorrecto.
Cabe preguntarse que puede ser lo correcto y apropiado, ¿quizás un libro infamiante subvencionado por la televisión autonómica de Cataluña, y prologado por Santiago Carrillo, en el que por cierto, no habla de sus pinitos genocidas en Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz, como versión económica del gran carnicero soviético, y al que faltó apodarle, - ya que Largo Caballero era el "Lenin español – , como el "Stalin español ?
Pero no debemos ser tan cortos de vista, ¿quizá sea lo correcto y evidentemente lo apropiado, el que el ilustrísimo y flamante presidente del gobierno homenajeara - en un acto de pomposidad y puesta en escena sospechosamente autoritaria -, a un ex - miembro de ETA, después converso al "socialismo democrático y respetable y posteriormente "dirigente del PSOE como Mario Onaindía, recientemente fallecido?
Siguiendo con lo que centraba esta reflexión, en el año del centenario de Dalí, en el que parece ser que se pretende recrear el espíritu artístico de ese primera espada de los pinceles, se ha mutilado una realidad para muchos molesta e incomoda, - dada la tolerancia democrática que últimamente se estila -, y es el hecho, de que un artista de tan reconocida fama mundial, sintiera una abierta simpatía por José Antonio, que le llevó, dada la admiración que le profesaba, a escribir, con ayuda y los servicios pagados del difunto Vázquez Montalbán - paradojas del oficio de escritor de tan infatigable "masticafranquistas -, una ópera dedicada a la figura del fundador de la Falange, refiriéndose a José Antonio, como "nuestro gran héroe español y mártir.
Por otra parte, en el libro "Las pasiones según Dalí, que recoge las conversaciones del artista con Louis Pauwells, el gran pintor expresa su admiración por José Antonio, entre otras cosas, por haberse revelado contra la tiranía que supusieron – y suponen –, determinados sistemas político – económicos, como las dictaduras marxistas, y los gobiernos "supuestamente democráticos, manejados desde la sombra por el capital, por la banca y por las grandes corporaciones, por el capitalismo liberal y salvaje, en suma, que es, ni más ni menos, el sistema, que hoy por hoy, intenta borrar toda manifestación intelectualmente crítica, ya sea cultural o política y que no se ajuste al "talante correcto del "pensamiento único.
Dalí también reconoce la descomunal sinceridad de José Antonio, y su talante constructivo, desterrando de su vocabulario político el prefijo "anti aplicado a cualquier clase de concepción o de doctrina política, para afirmar sus pensamientos y actitudes, de manera tajante e irreductible, pero siempre en términos constructivos y positivos.
La ópera citada, nuca llegó a estrenarse, siendo propiedad intelectual y en lo que corresponde a derechos de autor, en un 80 % de la Fundación Galá – Dalí, y el resto, patrimonio de los herederos de Manuel Vázquez Montalbán.
La gran pregunta ahora, la del millón de euros, es si será estrenada algún día, o la censura democrática, lo políticamente correcto y el "buen rollo progre, impondrán la disciplina del GULAG, quedando como hasta ahora ha estado, en el archivo de lo culturalmente no alienante.
Pero bueno, a lo que estamos, dado que el maestro no es apropiado ni correcto, tampoco lo deben ser ni sus alumnos, ni sus mentores, ni quienes fueron sin saberlo en múltiples ocasiones, tutores y aprendices a la vez, de aquel hombre singular, de José Antonio, y que en listado no exhaustivo, circunscribiéndonos a los más conocidos y brillantes, podemos citar:
- Serrano Suñer, Ramón, (1901- 2003) ministro de AAEE y de gobernación, jurista, escritor y arquitecto jurídico del estado español moderno, y que fue el hombre, - como dijera Dionisio Ridruejo -, que encarnó al abogado defensor de España, que evitó, en una tarde histórica, en un refugio perdido, en una entrevista con Hitler, que nuestra patria, entrara en guerra.
- Martínez Ruiz, José "Azorín, (1874- 1967), brillante escritor y miembro de la Real Academia desde 1924.
- Bernanos, Georges, (1888 – 1948), escritor revisionista de profundo espíritu patriótico, novelista y ensayista polémico.
- Benavente, Jacinto, (1866 – 1954), escritor, premio Nóbel, presidente de los "CAUR para España.
- Unamuno, Miguel de, (1866 – 1936) moralista escritor y filósofo, propuesto para el Nóbel, que no se le concedió, entre otras cosas, por su carácter de inconformista Joseantoniano, lo que le llevó a ser repudiado tanto por republicanos, como por franquistas.
- Marañón y Posadillo, Gregorio,(1887 – 1960) médico, científico, historiador, escritor, moralista y filósofo.
- Ortega y Gasset, José, (1883 – 1955) filósofo, moralista, escritor y multidisciplinar humanista, quizá el más grande de su tiempo.
- D´Ors, Eugenio, (1882- 1954) escritor, poeta, moralista y filósofo.
- Laín Entralgo, Pedro, (1908 – 2002) escritor, filósofo y moralista.
- Tovar, Antonio,(1911 – 1985) escritor y miembro de la Real Academia desde 1967.
- Ridruejo Jiménez, Dionisio, (1919 – 1975) poeta y escritor.
- Alfaro, José María,(1905 – 1994) escritor, diplomático y poeta.
- Pemán, José María, (1898 – 1983) escritor, poeta, articulista, dramaturgo y orador.
- Giménez Caballero, Ernesto, (1899 – 1988) ideólogo y escritor.
- Perón, Juan Domingo, (1895 –1974) militar, estadista e ideólogo.
- Fleta, Miguel, tenor, (1897 – 1938) quizá el mejor de su época.
- Sánchez Mazas; Rafael, (1894 – 1966) escritor e ideólogo; padre del escritor Rafael Sánchez Ferlosio.
- Foxá, Agustín de, (1903 – 1959) escritor y diplomático de ácido sentido crítico.
- Perales, Narciso, (1913 – 1993) investigador médico, descubridor de la "enfermedad de los mineros o silicosis, activista político, y tercer hombre en la cadena de mando de la Falange de José Antonio.
- García Serrano, Rafael, (1917 – 1988) escritor y periodista.
- Aznar Genner, Agustín, (1913 – 1986) brillante hematólogo.
- Machado y Ruiz, Manuel, (1874 – 1947) escritor, poeta.
- De la Serna, Víctor, (1896 – 1958) escritor, propagandista y periodista.
Estoy plenamente convencido, que de vivir hoy por hoy alguno de ellos, sería sañudamente perseguido por los terroristas de la información y por los comisarios de la Lubianka, si no fuera por la descomunal talla intelectual de muchos de ellos o su patriotismo visceral, modelo de culto de todo lo íbero, de todo lo español.
De hecho, tenemos al alcance de la mano, un ejemplo claro de "generosidad democrática, con el trato que se ha dado a nuestro buen amigo Fernando Sánchez Dragó, que si bien no se ha definido como Joseantoniano, - aunque yo sospecho que lo es -, ha tratado con sumo respeto y coherencia la figura de José Antonio, hasta el punto de dedicarle dos programas de su espacio cultural "Negro sobre blanco, como ya había realizado con toda una serie de personajes de la más variada disparidad política, con la objetividad que le caracteriza.
Precisamente, por su coherencia democrática, ha sido víctima de otros que dicen también tenerla, - pero que no son más que "Tiranos Banderas de bolsillo -, al aplicarle el "talantazo para que pasara a engrosar las listas del paro, que como él ya bien ha manifestado, es prueba de que la izquierda se defiende, amordazando y atacando la libertad.
Si todavía hubiera alguien que se preguntase, el porqué de intentar hacer desaparecer el legado de este hombre, y quién es, entonces, ese que levanta adhesiones inquebrantables y odios extraños e irracionales hacia su persona, habría que contestarle, que era un patriota y revolucionario, intemporal, al que no se le perdonó estar por encima del bien y del mal político, que definió de manera exacta e indiscutible las soluciones a los retos que habrían de afrontar las generaciones venideras de españoles, y frente a lo cual, las concepciones clásicas de la política de la época, no eran más que parches y remiendos, que prologaban una agonía, pero que no curaban al enfermo, a España.
Ese fue su delito, y su delito le llevó a ser despreciado por la mezquindad de unos y la indiferencia inmovilista de otros, culpa, que pagó con su propia vida.
Ese hombre, era, y es José Antonio, y ya que le fue arrancada la vida, en un acto repulsivo y bárbaro, es menester evitar que consigan borrar ni manchar su memoria, su legado, su visión de España, a través del olvido interesado y de la mentira repulsiva, porque él, a diferencia de muchos de sus coetáneos, ya posee un lugar exacto, preciso y eterno, en la historia de España, cosa que algunos que se creen importantes, jamás podrán disfrutar.