por Eduardo López Pascual

Con sus claros y oscuros, los falangistas auténticos tenemos que estar, estamos, entre quienes reconocen en el líder venezolano recién fallecido Hugo Chávez, una alternativa, quizás aun imperfecta, tal vez incompleta, de lo que él definió como Socialismo del Siglo XXI, frente al discurso netamente capitalista de estos representantes de un neo liberalismo salvaje y materialista que dominan y someten a una sociedad. que ya da signos de revitalización moral y política.  Es cierto que Hugo Chavez, utiliza la palabra socialismo, (Jose Antonio, nombró al socialismo como lógico y necesario), y Chávez le ha conferido desde el primer momento, una adjetivación concreta, como es la de calificarla como del Siglo XXI,  es decir, quiere con ello dejar claro que  no se mueve por una reposición del socialismo más ortodoxo, sino que intentaba y pienso que sus seguidores harán lo mismo, una nueva interpretación de los principios socialistas, muy alejados de las situaciones conocidas en los países  europeos durante el periodo 1900-2000 y desde luego frontalmente opuesto a las brutalidades sufridas por los pueblos asiáticos en China, Viet-nan, Cambodya o Corea del Norte.

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Por Mendelevio

Los periodistas, políticos y analistas económicos al servicio de los banqueros nos intoxican con una sarta de mentiras sobre el sistema bancario. Mentiras que han ido calando en una parte de la población:

1) SI SE EXTIENDE LA DACIÓN EN PAGO CAERÁ LA CONCESIÓN DE CRÉDITOS Y SE ENDURECERAN LAS CONDICIONES FUTURAS.

Mentira cochina. El crédito ya está hundido. Los bancos se han limitado a coger dinero del BCE al 1% para comprar deuda española al 6%. Ese ha sido el problema del crédito, y no una posible dación en pago.

Los bancos en el futuro deberán conceder los créditos que consideren respaldados por las garantías hipotecarias. No deberán conceder  créditos de forma irresponsable, sólo por inflar las cifras de negocio o para crear productos derivados (tipo Subprimes). Si se produce el impago el banco se queda con la garantía, que debe cubrir el valor de la deuda. El  embargado no puede quedar de por vida endeudado por culpa de unos intereses de demora de usura. Los bancos tienen la poca vergüenza de cobrarte el tasador, que eligen ellos cuando pides un crédito, para luego decirte que no cubres la deuda con el valor de la casa.

El banco debe tener claro que si ha calculado mal pierde parte del valor del crédito, como el comprador ha perdido su vivienda. Una política crediticia irresponsable debe generar consecuencias para la entidad y los gestores de la misma. No pueden arriesgarse, si les sale bien ganan, y si les sale mal les rescatamos todos.

Es probable que se concedan menos créditos en el futuro. También es probable que no se infle el valor de las viviendas. Las dificultades futuras para acceder a una hipoteca, se pueden compensar con unos precios más reales y asequibles de las viviendas.

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"Cristo fue el primer socialista de la historia"
Hugo Chaves.

Y se fué. Murio Hugo Chaves, que Dios le tenga en su Gloria y le perdone.

Pero no nos quedemos en la anécdota y preguntémonos porqué surgen estos caudillos casi precolombinos, al menos en sus maneras y comportamientos.

Durante años, ¿siglos?, en paises como Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, México...grandes oligarquías y multinacionales todopoderosas se han dedicado a esquilmar las riquezas (minerales, madereras, petrolíferas, financieras...) con el esfuerzo del que quita un caramelo a un niño de dos años a cambio de un juguete que nunca llega.

Para más inri la población de esos paises era en un ochenta por ciento indígena y, sin embargo, los presidentes eran de forma casi secular de una blancura inmaculada.

Sumémosle una corrupción generalizada (¿les suena, verdad?) que hacía a los indios más pobres y a los blancos más ricos; riqueza ésta que no se quedaba, por supuesto, en el pais (si, si, no lo nieguen, también les suena) y que ponía en peligro la existencia de las clases medias si es que existian (venga, no digo nada).

Del reparto de la riqueza lo dejamos pues no había ya casi nada que repartir. ¿De qué nos extrañamos entonces?.

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Últimamente se comenta en todo los medios el caso de la Princesa Corina y su presunta relación en el Rey Juan Carlos I.

Vamos a repasar la historia con grandes pinceladas y veremos que este tipo de "escándalos" acompaña a los Borbones desde hace siglos.

En 1700 llegó el primer Borbón a España, el Rey Felipe V y desde entonces los ha perseguido escándalos de tipo amoroso y otros caracterizado por la ineficacia en sus gestiones, lo cual no hace más que confirmar que una persona por el hecho de nacer en el seno de una determinada familia, tenga el derecho a ser el Jefe del Estado, ya que para ocupar este honroso cargo, debe ser elegido por los ciudadanos a los que representa y cuya victoria debe ser ganada en unas elecciones. Esta es la principal diferencia con la República y por la que la mayoría de los españoles apostamos. Por supuesto, independientemente de los gastos que supone mantener a la Familia Real, que en estos últimos años, no se ha caracterizado precisamente por su comportamiento ejemplar. Es tal el abanico de escándalos que les salpica (poniendo la guinda al pastel el yernisimo Iñaki Urdangarín), que cada vez son más las voces de españoles de todas las formaciones e ideologías que requieren la abdicación del Rey y la supresión de la Monarquía a favor de una III República.

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Por Mendelevio

En el sistema educativo español tenemos una figura que le ha cubierto muchos huecos a la administración: el profesor y el maestro interino. Le ha venido muy bien durante años. Tenía disponibilidad total para moverse de centro. Se podía prescindir de él cuando no hiciera falta sin indemnización (tenía un contrato parecido a los autónomos, por obra, que no genera derechos) Y, además, cobraban menos (hasta que varias sentencias judiciales han obligado al Estado a reconocerle la antigüedad).

El origen de estos interinos se remonta al principio de los tiempos. Cuando se acumulaban muchos, la administración ha buscado "funcionarizarlos" por medio de oposiciones libres, en las que se premiaba mucho la antigüedad (pasó en la década de los 90 y a principios del siglo XXI) Todas las administraciones se han negado a un sistema de oposición de doble vía, es decir unas plazas reservadas a los interinos y otras a los opositores sin experiencia. El resultado ha supuesto, en la práctica, que los opositores recién salidos de la universidad no pudieron conseguir plazas en esos dos procesos extraordinarios. Aunque aprobaran los exámenes con buenas notas (incluso 9), en la fase de concurso de méritos quedaban muy atrás de interinos con peor nota y mucha antigüedad. A estos opositores solo les quedaba la opción de entrar en una lista de interinos, en la que poco a poco irían consiguiendo antigüedad (primero haciendo sustituciones de unos días en diversas localidades, pudiendo hasta no compensar con el sueldo los gastos de desplazamiento y residencia).

Durante años se han mantenido esas listas que se cerraron en los diversos procesos extraordinarios de oposiciones, o con la firma de acuerdos administración-sindicatos. Normalmente estos acuerdos incluían presentarse a la oposición cuando esta se convocara para seguir en listas. Algún pícaro no puso interés en aprobarlas porque de interino cabeza de lista tendría un destino más goloso (capitales de provincia) que de funcionario recién aprobado (pueblos apartados). Pero muchos fueron cumpliendo años y contrayendo obligaciones familiares (como hijos) que unidas al trabajo de interinos mermaban el tiempo para estudiar la oposición. Ahora son ellos los que diez años después de haberse presentado a unos oposiciones que no pudieron sacar, por no tener antigüedad, se enfrentan a recién licenciados que tienen todo su tiempo disponible para estudiar. Otros no han podido sacar su plaza porque su especialidad ha podido estar más de diez años sin convocar. Recordemos que solía haber oposiciones cada dos años, (años pares secundaria e impares primaria), pero no se convocaban todas las especialidades.

Hay un grupo pequeño de interinos que no accedieron a las listas sin pasar por una oposición. Cuando en los buenos tiempos se agotaban las listas, éstas se abrían a quién se apuntara acreditando la titulación necesaria. La administración no se puede acoger a este grupo para remover a todos.

Ahora, con las vacas flacas, la situación de los interinos se ha vuelto aún más precaria. El ministro Wert y los consejeros autonómicos de educación han ajustado las cuentas públicas ahorrado en docentes. Se han aumentado las horas lectivas a los y los números de alumnos por aula. Esto, para empezar, ha supuesto varias cosas muy negativas: una parte de la sociedad ha aplaudido esas medidas dada la pobre consideración social de los docentes en España (así nos va) Para empezar, el aumento de horas lo supone también de atención a distintos niveles educativos (materias a impartir) y de alumnos (trabajos y exámenes para corregir). Si el aumento de horas sólo hubiera supuesto dar las mismas materias a los mismos alumnos, no hubiera supuesto más trabajo sino un trabajo más agradable al tener más tiempo para trabajar los mismos contenidos con los mismos estudiantes. No ha sido así. Además, el aumento de alumnos por aula ha mandado al wáter la atención educativa personalizada. Y lo peor desde el punto de vista de los trabajadores de la enseñanza, es que se ha hecho trabajar más a unos para así despedir a otros. Los interinos se están convirtiendo en una especie a extinguir.

Varias comunidades autónomas se están planteando modificar los sistemas de elaboración de listas de interinos. Se está intentando imponer un sistema de trabajo rotativo. La excusa son unas oposiciones raquíticas, con poca oferta de plazas y unas exiguas posibilidades de ser llamado a una vacante anual o una sustitución.  Para que los recién salidos de las universidades tengan opción a unas plazas de oposición testimoniales y el acceso a la cabecera de la lista, se lleva a la mayor inestabilidad posible a los interinos. Una aberración que va a precarizar aún más la situación de los docentes.

De cara a buscar las medidas menos malas, en estos tiempos de repartir la miseria, se nos ocurren las siguientes medidas:

- Sistema de doble vía de acceso a la función pública docente, reservando plazas a los dos colectivos (interinos y opositores libres).

- Sistema nacional de acceso a la función pública docente y a las interinidades, que evite que la disparidad entre autonomías provoque efectos llamadas para que estos reinos de taifas llamados autonomías no generen confusión y desigualdades. También que se eviten triquiñuelas (del estilo de idioma autonómico eliminatorio), que impiden el libre acceso de todos los españoles a las oposiciones en todo nuestro País.

- Qué se busque la mayor estabilidad en el empleo. El remover de arriba abajo las listas de interinos en cada proceso de oposición es generar una rotación en el empleo. Aparte de los dramas personales que se presentan a muchos profesionales, ¿cómo va a motivar a sus alumnos un docente que está en una situación tan precaria? Los alumnos se podrían preguntar: ¿para que voy a estudiar? ¿Para acabar como tú? Además recordemos que por ley, las comunidades autónomas sólo pueden sacar a oposición un 10% de las plazas de los funcionarios que se jubilen. Así nadie va a tener la opción a plaza.

El problema de fondo no se soluciona con empleo rotativo. La Casta política quiere desviar la atención sobre los recortes en educación. Buscan dividir la sociedad, enfrentando a los recién licenciados con los interinos por unas pocas plazas de funcionario y alguna interinidad. La solución pasa por que se vuelvan a bajar las ratios, que dejen de hacinarse en las aulas de la ESO más de 30 alumnos y en las de bachillerato hasta 40. Mientras se meta la guadaña en las plantillas de los centros, los alumnos de magisterio y de master de secundaria no tienen opciones de trabajo, sólo la ilusión de, tras una dura oposición, desplazar a un profesional de la lista de espera y que tal vez le llamen alguna vez para trabajar...

Nuestros políticos quieren volver al siglo XIX: trabajadores sin derechos laborales, venta de todos los bienes públicos y maestros muertos de hambre. Hoy habría que cambiar el torero por el futbolista.