Eduardo López Pascual
Ante el desafío secesionista lanzado por el Gobierno autónomo catalán, han aparecido en la opinión pública varias respuestas que van desde el juicio más negativo y oposición frontal al mismo, que contemplaría incluso la defensa por la fuerza de la Unidad nacional, pasando por quienes sienten indiferencia ante el envite independentista, hasta los que abogan por una aplicación justa de la Constitución vigente. Hay también otros que, como yo mismo, manifestamos nuestro criterio de defender la realidad histórica de la Nación española, sujeto de más de quinientos años de andadura común, y hacerlo a través de una dialéctica pacífica en democracia, que se traduce en abogar por la Unidad de España sin apelar a prácticas belicistas.