Por Mendelevio
Estados Unidos ha aumentado su base monetaria para relanzar su economía, China lleva años manteniendo el yuan infravalorado para mantener sus exportaciones,[1] el Banco Central Europeo mantiene un euro fuerte. ¿Para qué? ¿Para quién?
No nos creemos que Alemania siga psicológicamente atemorizada por la hiperinflación que sufrió en 1919. Esta política monetaria europea no se basa en miedos ancestrales sino en intereses económicos. Esta política tiene sus ganadores y sus perdedores.
La política monetaria restrictiva, en comparación con la china y la estadounidense, nos aleja tanto de la inflación que nos acerca a la deflación. Ésta deprime el consumo y dificulta la recuperación económica[2] y, además, perjudica a los deudores y beneficia a los acreedores. Da la casualidad de que quien esto escribe, y probablemente quienes lean el artículo, somos españoles, es decir deudores. España (Estado, sector bancario y familias) está endeudada hasta las trancas, la deuda está contraída en euros (moneda en la que se tiene que devolver con intereses) y el euro cada vez vale más respecto a las demás monedas, con lo que nuestra deuda cada vez tiene más valor real (no nominal). Las bajadas de los tipos de nuestra nueva deuda son un engaño que enmascara el aumento de valor real de las deudas anteriores. A los alemanes, a los fondos buitres, a China compradora de deuda europea[3]… les interesa un euro sobre valorado para que sus títulos de deuda tengan más valor.