Vamos a aclarar lo que es y las funciones de Cáritas, para ello he copiado desde su página las acciones que llevan a cabo y que no pueden pasar desapercibidas a la población española:
La confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia Católica en España, instituida por la Conferencia Episcopal. Cáritas desarrolla dentro de España una importante labor de apoyo y promoción social a diversos grupos sociales en situación de precariedad y/o exclusión social.
El compromiso con estas situaciones es apoyado por el trabajo gratuito de más de 65.000 personas voluntarias, que representan el 90 por ciento de los recursos humanos de la institución en toda España.
Programa orientado a todas aquellas personas que no disponen de una vivienda digna, que carecen de recursos, de lazos comunitarios y familiares. Cáritas desarrolla acciones que posibiliten la configuración de un itinerario personal, que cubra tanto las necesidades básicas (alojamiento, alimentación, salud e higiene, etc.) como acciones de recuperación personal que rompan su aislamiento social.
Los destinatarios son tanto los jóvenes en situación de pobreza cuyas dificultades le impiden un desarrollo integral, como aquellos sin problemas a los que se forma en el impulso del voluntariado, para ayudar a conseguir la participación y la implicación como actitud ciudadano. El método que se utiliza se basa en procesos educativos.
Cáritas realiza su trabajo en el complejo mundo de las drogas desde un enfoque humano.
La acción social llevada a cabo por la confederación tiene como objetivo que las mujeres sean sujetos de su propia realidad, como personas con derechos, funciones y responsabilidades. Las mujeres que acuden a los servicios de Cáritas son muchas veces víctimas de una múltiple discriminación, por su condición de género y por otros factores relacionados con la etnia, la edad, la posición socioeconómica y el nivel educativo, entre otros.
Cada vez son más numerosas las personas que acuden solicitando la ayuda de ésta entidad, por las circunstancias sociales y de extrema precariedad en las que se encuentran.
Son muchos los voluntarios que de forma altruista prestan su ayuda cada día. Mención especial merecen los comedores sociales, antaño reservados principalmente a personas drogadictas, mendigos, indigentes y que hoy en día son, cada vez más, el destino de familias enteras que carecen de otro sustento, debido al paro que desgraciadamente asola nuestro país, dejando a infinidad de personas, sin ingresos y muchas ya sin otras ayudas que puedan evitarles tener que recurrir a los comedores sociales y a los departamentos de ayuda, en busca de un modo de subsistir.
Paradójicamente, hace tan sólo unos días, pudimos enterarnos de una noticia que ha dejado perplejo a todo aquél que la ha conocido y se ha hecho eco de ella: el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha manifestado que “Hacienda obligara a tributar a Cáritas y Cruz Roja” al exigir a Fundaciones y ONG a tributar con el 12% de sus presupuestos.
De forma casi inmediata y supongo que por el revuelo creado ante la sociedad, el Sr. Ballesta Olivares, desmiente la noticia matizando que Hacienda no va a obligar a tributar a Cáritas. En todo caso la declaración de intenciones del Sr. Montoro, si son ciertas, es de juzgado de guardia.
Esta entidad, está prestando una ayuda indescriptible a personas a las que este gobierno, con los recortes sociales, ha llevado a situaciones de absoluta desesperación.
Es demencial, no sólo que no valoren el trabajo que están llevando a cabo determinadas entidades para paliar los errores que ellos están cometiendo, sino que además hayan suprimido las ayudas tan necesarias, hasta tal punto que los ingresos con los que se asiste a los necesitados provienen de ciudadanos anónimos, aportaciones de colaboradores, entidades empresariales y supermercados.
La verdadera obligación del gobierno es conseguir que Cáritas no sea imprescindible por resultar innecesaria. Si venerable es la caridad y loable el ejemplo de las personas caritativas, no es menos cierto que supone una muestra de la renuncia culpable de las administraciones el hecho de que las ayudas que debieran garantizarse vía Presupuestos Generales del Estado, tengan que realizarlas los particulares, como casi única iniciativa para paliar los graves daños de la crisis.
Este gobierno, que ha tomado a la población como analfabetos, sin embargo, premia a sindicatos, partidos políticos y organizaciones empresariales con subvenciones escandalosas, aunque como “los recortes afectan a todos”, las hayan reducido en un 20% en los Presupuestos Generales del Estado para este año.
En el 2012 Los sindicatos que mayores subvenciones recibieron por su representatividad son los dos grandes, a Comisiones Obreras (CCOO) le correspondieron 6.385.578,58 euros y a la Unión General de Trabajadores (UGT), 6.121.927,05. Les siguen la Unión Sindical Obrera (535.120,62), el sindicato nacionalista vasco ELA (473.039,88) y la Central Sindical Independiente de funcionarios, CSIF, (417.192,78), mientras que la Confederación Intersindical Galega recibió 291.294,06 euros, la Confederación General del Trabajo 223.490,65 y el sindicato de la izquierda ‘abertzale’ (LAB) 204.023,36.
A estas cifras hay que sumar las cantidades que el Estado concede a sindicatos y organizaciones empresariales por su participación en los órganos consultivos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de sus organismos autónomos y de las entidades gestoras de la Seguridad Social. Ocho sindicatos recibieron un total de 2.587.846 euros por esta partida: 1.255.716 euros para UGT, 1.123.854 para CCOO y cantidades entre los 70.103 y algo más de dos mil para el resto. Por su parte, la patronal CEOE consiguió 2.131.391 euros por su participación en estos organismos estatales.
Si tan importantes son los sindicatos y “la labor” tan encomiable que realizan para la población, ¿por qué no fundan comedores sociales? ¿Por qué no destinan esas ayudas del Estado para paliar las necesidades de los ciudadanos? Sin duda los sindicatos, si no quieren invertir sus subvenciones en ayudar al pueblo, deberían estar de acuerdo con que se les rebajasen fondos entregados, para que estos fueran destinados a los hambrientos de justicia social que ahora son también hambrientos de simple pan, del de comer.
Es triste constatar que si se eliminasen las subvenciones a sindicatos, patronales y partidos políticos, se podrían destinar estas cantidades desorbitadas a acciones sociales, como las que llevan a cabo Cáritas y otras muchas asociaciones.
Tanto unos como otros, partidos, patronales y sindicatos, que tan poco han sabido hacer para evitar la crisis o al menos sus más dolorosas consecuencias, se tienen que financiar exclusivamente del dinero entregado a tal efecto por sus afiliados y simpatizantes, sin que se destine un solo euro del dinero de todos los españoles, que pagamos con nuestros impuestos, a organizaciones que hacen primar sus propios intereses por encima del de los más necesitados.
Exijo que mi dinero sea destinado a las personas más desfavorecidas y no para utilizado para callar a quienes se les conceden privilegios injustificados, quizás por temor al poder de movilización de los sindicatos (cuyos líderes viven como auténticos aristócratas) y a perder el status en el que viven la mayoría de los políticos y cargos de confianza. Y quiero que las entidades que sustituyen al gobierno realizando labores sociales que debiera realizar éste, no sean encima, grabadas por el fisco de la manera que sugiere el Sr. Montoro.
No nos dejemos engañar y manipular durante más tiempo. Rebélate y que nadie silencie tu derecho a expresar tu opinión y a reclamar lo que es justo.
Pan, Justicia, trabajo y vivienda digna para todos.
María Formica