Actualidad

Conoce la actualidad de Falange Auténtica

Por Bernardo Rivero

Roberto Brown (1773-1858), médico y botánico escocés, hizo un importante descubrimiento en 1827 cuando observaba al microscopio una suspensión de granos de polen de clarkia pulchella: éstos, lejos de permanecer quietos, se movían continuamente, al azar, cambiando su posición sin cesar en un movimiento realmente caótico. Este movimiento es debido a los impactos de las partículas invisibles constituyentes del agua, las moléculas, con las partículas relativamente grandes que forman la suspensión (en este caso los granos de polen). Albert Einstein explicó teóricamente el movimiento browniano en 1905 y el francés Perrin llevó a cabo posteriormente las experiencias definitivas (la teoría cinética de la materia tenía entonces una importantísima prueba experimental a su favor; y ello poco después del suicidio de Boltzmann).

Pero, ¿no nos recuerda nuestra vida a un movimiento browniano? ¿No es nuestro existir una sucesión de movimientos caóticos, sin rumbo fijo? ¿No es nuestra vida un continuo avanzar y retroceder, un actuar sin saber la causa que nos mueve, sin saber realmente el fin de nuestras desordenadas acciones? ¿Tiene significado y propósito nuestra vida? ¿Sabemos qué rumbo debemos tomar, o simplemente dejamos que los impactos externos nos desplacen sin fin, azarosamente, no alcanzando jamás una meta, no llegando a ninguna parte? ¿Sobrevivimos en el coloide vital o acaso vivimos con un objetivo? Desgraciadamente creo que la mayoría de nosotros somos meros granos de polen en browniana agitación. La filósofa y pionera feminista británica Mary Wollstonecraft (1759-1797), madre de Mary Shelley (la autora de Frankestein), escribió certeramente: "Nada contribuye más a tranquilizar la mente como un firme propósito, un punto en el que el alma pueda fijar su ojo intelectual".

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Siempre podemos sacar enseñanzas de las distintas cosas que nos pasan en la vida, tanto a nivel personal como social. La escuela de la vida es un libro abierto y dispuesto a dejarse penetrar por todos los que, con un espíritu inquieto y abierto, quieran bucear entre sus enseñanzas. Lo que ha pasado con el asunto de Air Madrid es un ejemplo de ello. Una de las enseñanzas que podemos sacar es el nivel de importancia que la ciudadanía tiene en las decisiones políticas y económicas del sistema actual.

 

Pese a las reiteradas quejas de miles de usuarios, se le concedió a la compañía aérea Air Madrid la renovación de su licencia. De todos es sabido el nivel de riesgo que uno de estos vuelos baratos tiene: pagas menos a cambio de soportar varias horas de retraso, pero Air Madrid superó lo permisible cuando esas horas se transformaban en hasta 120 horas de retraso. Evidentemente es algo inadmisible. Hasta ahí todo bien. La irregularidad aparece cuando, sabiendo este historial, se le renueva la licencia. Cuando esperan hasta las fechas navideñas para hacer pública la amenaza de pérdida de la licencia, con lo que los proveedores de la compañía dejan de suministrar sus servicios y se anulan las líneas de crédito. Entonces, vista la situación, la compañía echa el cerrojo.

 

Todo esto, así contado, parece una de las tantas intervenciones del gobierno, pero el problema es que todo esto tiene un rostro: el de las personas afectadas. Muchos de ellos, inmigrantes que querían pasar las vacaciones navideñas con su familia. Algunas de ellas habían ahorrado durante varios años para poder tener este ansiado encuentro. Es por ello que nos preguntamos: ¿importamos los ciudadanos para algo en las decisiones que se toman?

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Rosa Montero en El País, 14.11.06:

"El terrorismo es sin duda algo imperdonable. Me repugna el fanatismo de quienes están dispuestos a destripar a la gente para sostener sus ciegas creencias (...).

Pero también me desespera que, desde el otro extremo ideológico, se está utilizando el terrorismo como palabra mágica con la que justificar todo tipo de tropelías y barbaries (...).

(...) El rey de Marruecos acaba de declarar que un Sahara independiente sería un foco de terorrismo. Lo que nos faltaba: que, tras incumplir los acuerdos de la ONU y reprimir salvajemente a los saharauis, este decepcionante rey echara mano ahora del ogro del terrorismo. Lo cual es una completa insensatez, dado que, durante sus 30 años de lucha y destierro, los saharauis, en condiciones durísimas, han tenido la serenidad, el coraje moral y la cordura de no recurrir al terrorismo, y eso que sin duda hubiera sido más fácil, porque vivimos en un mundo en el que parece que sólo se hace caso a los que matan.

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Por C. Vara

Dicen que cuando alguien ha sufrido un ataque o una mala acción por parte de otra persona y esto le ha provocado sensación de miedo, éste suele borrarse del todo cuando la persona causante de dicha sensación fallece y desaparece para siempre.

Aparentemente esto debería ocurrir en Chile con la muerte del ex dictador Augusto Pinochet, pero desgraciadamente parece que no va a ser así.

Los diecisiete años de mandato de Pinochet, de 1973 a 1990, dejaron, por obra y gracia de la temida y terrible Dirección de Inteligencia Nacional, más de 3.000 muertos y desaparecidos y 28.000 torturados, espeluznantes cifras que no parecen estremecer a todos por igual.

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El historiador francés Arnaud Imatz firmará el viernes 15 de diciembre en Madrid ejemplares de su libro José Antonio: entre odio y amor. Su historia como fue, y departirá con los asistentes. La cita es en el centro comercial El Corte Inglés de Princesa, desde las 18"30 h hasta las 20"00 h.

La obra, prologada por el economista Juan Velarde, está publicada en España por Altera y pretende acercar a la realidad histórica de una figura que "no se corresponde en nada a la imagen caricaturesca, de uno u otro signo, que se suele dar de él".

El libro recuerda que "setenta años después de su ejecución, José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, suscita aún odio y amor, repulsa y admiración. Mitificado y halagado por hombres que creyeron en él, manipulado y demonizado por numerosos adversarios, silenciado y convertido en tabú por otros tantos, ha venido a ser una de las figuras políticas más ignoradas y desconocidas de la historia contemporanea".

Considera que "ante la agonía de la democracia individualista y el ascenso de los despotismos colectivos, José Antonio reclama una tercera vía democrática. Pretende conciliar tradición y modernidad, sintetizar ideas de derechas e izquierdas, implantar una profunda justicia social para que el pueblo pueda volver a la supremacía de lo espiritual".

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