Por Flecha
Tengo que reconocer que no escucho la COPE, principalmente porque soy católico. Pero resulta que, para una vez que la escucho, ¡zas!, me encuentro con la periodista Cristina López Schlichting, presentadora del programa La Tarde con Cristina, ¡y menuda tarde! En un principio creí que había entendido mal, pero según la presentadora fue desnudando un pensamiento impropio de una radio de la Conferencia Episcopal, me fui dando cuenta de que no, que por desgracia había oido muy bien. La presentadora, que no sé como cuenta con el aplauso entusiasta de muchos católicos -debemos de ser de iglesias distintas- aconsejaba más realismo "a los agentes sociales y a las asociaciones provida". Para López Schlinchting, "de nada sirve plantear una batalla contra el aborto en una sociedad insensible". No me quiero imaginar los argumentos usados en la Alemania insensible que dio el poder a Hitler o en la Sudáfrica insensible del apartheid contra los nativos africanos. En este plan de desabortización, Cristina López Schlichting proponía "empezar por pedir las doce semanas como plazo máximo en todos los supuestos". Esto es, o así lo entiendo, que si hablásemos, por ejemplo, del apedreamiento que sufren miles de mujeres en el mundo, una medida sería "sólo tres piedras por hombre" o, si hablásemos de la oblación femenina, "sólo las que hayan nacido en día impar".
No, Cristina López Schlichting, el aborto es un crimen abominable que hay que erradicar por completo. Esta práctica reaccionaria al servicio del sistema neoliberal, donde niños y abuelos sobran, donde algunos se hacen de oro, ha de ser prohibida desde el minuto cero de vida porque, como bien afirmabas en tu programa, "la fecundación es el origen de la vida, porque genera un embrión con carga genética individualizada y completa". ¿Qué hay quien no entiende esto? Créame que en los EE.UU. costó mucho entender que los negros eran personas con los mismos y derechos que los blancos y en China cuesta entender que una chinita recién nacida tiene el mismo derecho que los chinitos a vivir.
Cristina López Schlinchting, tenga un poco más de vergüenza y retráctese de lo dicho. De lo contrario empezaré a pensar que es usted como quienes practican abortos en España hasta los nueve meses por 4.000 euros.