Por Alejandro Petruccelli (Argentina)
La desaparición de Jorge Julio López, testigo principal en el juicio que condenó al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz a reclusión perpetua por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar en Argentina, continúa siendo un misterio. La aparición de su llavero en el jardín de su casa, abrió expectativas que pronto se desvanecieron, cuando una pericia confirmó que el mismo no tenía huellas dactilares. El hallazgo del llavero, el cual habría sido arrojado entre diez y quince días atrás, fue interpretado como un mensaje mafioso.
López, un albañil de 77 años, permanece desaparecido desde la madrugada del 18 de septiembre. Todas las pistas que manejaron los investigadores hasta hoy dieron resultados negativos. Las primeras hipótesis sostenidas fueron la de un secuestro organizado por grupos paramilitares cercanos a Etchecolatz, con la intención de amedrentar a testigos de futuros juicios contra represores, tras la anulación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, hasta algún problema de salud, pasando por un alejamiento acordado con su familia en busca de protección, ante posibles atentados a su vida.
El círculo cercano a Etchecolatz está bajo sospecha. También lo están algunos personajes que añoran los años de plomo y que tiempo atrás reivindicaron la represión ilegal y solicitaron amnistía para sus ejecutores.