Por Fátima Asso
Lo llaman recuperación del legado andalusí. Bajo esa folclórica etiqueta, profusamente promocionada durante los últimos años en España en general y en Andalucía en particular, el lobby musulmán Liderazgo Islámico Mundial ha confeccionado su lista de reivindicaciones. Lo ha hecho en un congreso celebrado en Córdoba con todos los elogios oficiales del Gobierno pro islámico de ZP y de la Junta de Andalucía, también socialista. Representando a ambos han estado, respectivamente, la directora general de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, Mercedes Rico, y el responsable de Acción Exterior de la Junta de Andalucía, Pedro Moya, los dos, también socialistas.
La puesta al día del legado andalusí consiste, básicamente, en conseguir que España sea musulmana empezando, por supuesto, por la actual población islámica residente en España. Una población que aumentaría de manera notable si se concediera una de las principales reivindicaciones: conceder la nacionalidad española a los descendientes de los andalusíes, es decir, a los descendientes de los musulmanes expulsados de España a principios del siglo XVII.