Actualidad

Conoce la actualidad de Falange Auténtica

Nuestros lectores habituales quizá recuerden el banner que ilustra estas líneas. FA lo hizo público hace justamente un año. Reflexionando sobre los incendios forestales, recordábamos la tragedia que se llevó por delante varias vidas humanas en Guadalajara en 2005 y la catástrofe natural de gran envergadura que sufrió Galicia en 2006. Y nos preguntábamos qué tierra se vería afectada en 2007 por el fuego, en inevitable concurso con la incompetencia, la imprevisión y la descoordinación administrativa.

 

Lamentablemente, ya tenemos la respuesta. Las Islas Canarias están sufriendo este año la pesadilla de miles de hectáreas calcinadas, de decenas de hogares perdidos y de millares de personas evacuadas cautelarmente en medio de la incertidumbre y la angustia.

Mientras los ciudadanos asistimos consternados a esta tragedia, los políticos vuelven a obsequiarnos con su espectáculo de improvisación, de descontrol, de despreocupación, de echarse en cara responsabilidades unas administraciones a otras.

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"No reniego de mi origen,
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido,
los factores de un comienzo.
Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado,
no pueden darlo por bueno.
Gabriel Celaya

No es nuestra costumbre hacer comentarios respecto a las actividades de aquellos grupos de ultraderecha que, por su denominación y simbología, resultan fieles continuadores de la manipulación sufrida por el pensamiento de José Antonio durante la dictadura franquista. Siempre hemos preferido demostrar en positivo -con una línea política distinta, con hechos, con pronunciamientos públicos y con actividad- que existe un falangismo auténtico y actual, de inequívocas convicciones democráticas y con irrenunciable vocación social. Sin embargo, en alguna ocasión hemos tenido que romper excepcionalmente esa norma. Si la existencia, discurso y actividad de estos grupos perjudica siempre a la percepción que la sociedad tiene de nuestra identidad política -dado el confusionismo que ciertas denominaciones introducen ante la opinión pública-, hay veces en que la trascendencia mediática de algunas concretas actuaciones enloda con especial intensidad la imagen del falangismo. Así, nos sentimos obligados en su día a pronunciarnos contra cierta manifestación xenófoba ante la sede del PSOE en Madrid, en un comunicado en el que condenábamos pública e inequívocamente semejante iniciativa.

En esta ocasión nos vemos forzados también a salir al paso de diversas convocatorias que, al hilo del 71º aniversario de la sublevación del 18 de julio, reivindican la fecha y lo hacen, para mayor escarnio, con denominaciones de Falange y, en algún caso, con un discurso que causa vergüenza ajena, un planteamiento tan lamentable, tan guerracivilista y tan fuera de lugar como "si hay que volver a pasar, pasaremos.

No cabe duda de que, en julio de 1936, la experiencia de la II República, por desgracia, había ya fracasado y que, con hechos como la previa sublevación izquierdista de octubre de 1934 contra el gobierno republicano, la persecución religiosa tolerada -cuando no alentada- desde el poder, la arbitrariedad gubernativa, el asesinato del líder de la oposición parlamentaria por parte de las fuerzas de seguridad del propio Estado y el clima generalizado de violencia, ni siquiera cabía hablar en rigor ya de un verdadero Estado de Derecho. Se había desembocado en una situación en la que, lamentablemente, ningún sector político parecía estar dispuesto a convivir pacíficamente con el otro. El alzamiento del 18 de julio y el innegable apoyo popular que obtuvo en una buena parte de la sociedad española –equivalente al rechazo que levantó en la otra mitad de la misma- pudo ser, en su origen, una reacción comprensible frente a una concreta situación de caos o frente al peligro cierto de que España pudiese derivar hacia una dictadura de influencia soviética. A la vista de muchos documentos históricos -incluso algunas proclamas originarias- muchos de los alzados no pensaban ni remotamente en instaurar un régimen autoritario que durase cuatro décadas, sino en actuar ante una grave situación de emergencia y de excepción, para luego encauzar el rumbo de la propia República. En todo caso, quédese dicho análisis para los historiadores.

Lo cierto e incuestionable, desde la perspectiva que el tiempo nos ofrece, es que esa fecha se acabó convirtiendo en el origen de una sangrienta guerra civil de tres años y en una dictadura de casi cuarenta. Nada, pues, que pueda hoy celebrarse desde una mínima sensatez.

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Cada año lo mismo: todos los medios se afanan en saber quién ganó (¿?) el debate sobre el estado de la nación. Como si fuera un combate de boxeo o algo parecido. Dentro de la completa degradación que sufre la res publica en nuestro país, se toman como normales muchas cosas que no deberían serlo. Y una de ellas, sin duda, es ésta.

 

El parlamento debería servir para que nuestros supuestos representantes debatiesen sobre las distintas propuestas y, finalmente, legislaran en beneficio del bien común. En el caso concreto del debate sobre el estado de la nación, su finalidad, en una democracia parlamentaria, es que el ejecutivo rinda cuentas ante el órgano que representa la soberanía popular.

 

El fin, pues, debe ser el análisis de la gestión previa de gobierno y de los proyectos de éste para el futuro inmediato. El debate debe ser el medio para conseguir ese fin. Pero nos encontramos con que el medio se convierte en fin y, en lugar de analizar el fondo, nos centramos en analizar las formas, no qué se debatió sino cómo se debatió.

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La edición impresa del diario Sur publicaba el pasado 10 de julio por partida doble información sobre el Encuentro de Política Municipal celebrado con ocasión de la visita a Ardales (Málaga) de la Ejecutiva Nacional del partido, recogiendo algunas de las declaraciones de sus integrantes.

En la sección de Provincia insertaba la siguiente reseña:

"Ardales
SE REÚNE EN EL PUEBLO LA CÚPULA NACIONAL DE FALANGE AUTÉNTICA

Miembros de la ejecutiva nacional de Falange Auténtica se reunieron el pasado fin de semana en Ardales, donde se felicitaron por los resultados obtenidos por la formación en el pueblo en las pasadas elecciones municipales. El secretario general, Enrique Antigüedad, subrayó que Falange Auténtica representa "una opción social y democrática que nada tiene que ver con las falsificaciones ultraderechistas", por lo que dijo no entender la polémica que había suscitado el apoyo de los dos concejales de Ardales a Izquierda Unida.

Por su parte, Carlos Galán, miembro de la ejecutiva nacional y que ha sido durante 16 años concejal en el municipio de El Hoyo de Pinares (Ávila), recordó que su grupo formó parte de coaliciones con PSOE e IU sin que las direcciones provinciales de ambos partidos levantaran una ceja".

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Coincidiendo con el cierre del curso político, la Ejecutiva Nacional de Falange Auténtica visitó la localidad de Ardales, donde los resultados electorales convirtieron a nuestra organización, como es conocido, en pieza clave en la gobernabilidad y la toma de decisiones en la nueva Corporación Municipal.

La villa malagueña acogió un Encuentro sobre Política Municipal que sirvió para abordar y reafirmar los principios que inspiran la labor de nuestra formación en este ámbito, actividad que se clausuró con una animada celebración festiva por el éxito electoral en este municipio.

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