Todos los manuales de comunicación política advierten del riesgo de publicar materiales relativos al debate interno de las organizaciones. Los electores se muestran extraordinariamente inclinados a interpretar los mensajes contradictorios como un síntoma inequívoco de incapacidad en el emisor para valorar y enfrentar la actualidad. Las organizaciones que carecen de un criterio y de un discurso unificado no resultan confiables. Así de simple.
Falange Auténtica es una organización democrática que recaba la opinión de los militantes para formalizar sus pronunciamientos públicos. Sus comunicados se dotan, de este modo, de una elevada coherencia con el sentir general de sus gentes. A pesar de ello, Falange Auténtica no puede evitar verse involucrada en las críticas que se dirigen, de una manera indiscriminada por genérica, contra el conjunto del entorno falangista.
La más reciente de estas críticas acríticas, si se nos permite el juego de palabras, casi parece un episodio de fuego amigo. El escritor sevillano Jesús Cotta acaba de publicar un extenso ensayo dedicado a la amistad entre José Antonio y García Lorca (Rosas de plomo. Stella Maris, 2015). Pero en una entrevista concedida a El Correo de Andalucía el pasado 26 de abril Cotta incurre en la especie, de manera tal vez inadvertida e involuntaria, de lo que se ha dado en llamar el “joseantonianismo”. Nos obliga, por ello, a optar entre guardar silencio o tratar públicamente lo que entendemos como un asunto privado, de familia.