Julio Sánchez
En el pasado mes de diciembre Argentina ocupó las portadas de los periódicos de todo el mundo. Un gran estallido social había explotado en forma de saqueos, de "cacerolazos y de enfrentamientos con la policía. El panorama era dantesco: los pobladores de los barrios marginales tratando de sacar de los comercios cuanto podían, al tiempo que los propietarios de éstos lloraban sin consuelo; otros, incluso, se tomaban la justicia por su mano y disparaban a la multitud.
Todo ello se producía poco después de que se estableciera el llamado "corralito según el cuál no se podía sacar más de 250 pesos a la semana de unas cuentas que se congelaban ante la falta de liquidez de los bancos y del Estado argentino. De hecho, meses antes se habían emitido los bonos LECOP o los patacones para suplir la falta de dinero en efectivo.