Pedro Miguel López Pérez
En el Evangelio de San Juan (10, 11-12) leemos: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. El que no es pastor dueño de las ovejas, ve venir al lobo, deja las ovejas y huye; y el lobo arrebata y dispersa las ovejas".
Los obispos y curas vascos, los primeros con su carta pastoral, los segundos con su escrito de apoyo, han demostrado no tener miedo del lobo, pero no porque sean valientes y cuiden bien al rebaño que les ha sido asignado, sino porque se han convertido en verdaderos maestros en el arte de domesticar alimañas. No olvidemos que ETA nació en un seminario.