Hoy, al acostarnos, los falangistas vamos a soñar con que el día de protesta de hoy, no va a resultar del todo estéril, como muchos tememos.
En nuestros sueños, nuestra Patria se acuesta capitalista, en un panorama en el que los trabajadores se ven obligados a vender lo más precioso que tienen: su capacidad creadora, su trabajo y despiertan en una sociedad donde se considera prioritario el desarrollo de una vida digna para todos, donde el trabajo pasa de ser una maldición bíblica a un medio para contribuir al cumplimiento del destino personal y colectivo, dentro de un proyecto de justicia social.