¿Cuál será la extraña razón por la que nuestro rey, después de veintitantos años en el trono, todavía no se ha dignado a poner los pies en Ceuta y Melilla? No lo sabemos pero desde luego empieza a resultar muy sospecho. Después de la movida de Perejil esperábamos, sobre todo los ceutíes y melillenses, un gesto que podría haberse producido en tan señalada fecha para la ciudad autónoma como el Día de Ceuta. Pero ni por esas. ¿A qué espera don Juan Carlos para tener ese gesto que llevan años esperando los ceutíes y melillenses? No basta con mandar a unos cuantos ministros a figurar por unas horas y decir cuánto apoyan la españolidad de Ceuta y Melilla. La situación es lo suficientemente seria como para que se hubieran dignado a hacer acto de presencia allí tanto el Rey como el Presidente del Gobierno, porque ningún Presidente del Gobierno se ha dignado nunca a poner los pies (bueno si, pero en campaña electoral, no como Presidente del Gobierno español). Pero claro, ya estamos con el miedo de siempre, con los complejos de siempre. Que si no hay que provocar tensiones innecesarias, que si se van a molestar el rey de Marruecos y su Gobierno...