Por Miguel Hedilla de Rojas
Se ha venido celebrando durante estos días el 30º aniversario de las elecciones del 15 de junio de 1977 y del fenómeno político, admirado fuera de nuestras fronteras, de la transición. Dicho de otra manera, el paso desde la ley, en paz y sin excesivos sobresaltos, de una dictadura, la de Franco, a un régimen democrático. Al menos formalmente democrático.
Cuando hablo de Falange me refiero a Falange Auténtica, o más bien a su hermana mayor, Falange Española de las JONS (Auténtica), con respecto a la cual hay que añadir que fue un grupo político de difícil encaje y, desde luego, atípico. Aun así logró, en las primeras elecciones democráticas, presentar candidaturas en la mayoría de las provincias y conseguir un significativo, aunque insuficiente, número de votos.
Espacio electoral de FE-JONS (Auténtica) en TVE, junio 1977
Con el nombre de Falange se defendió la transición, tomando postura decididamente a su favor. Así mismo, con el nombre de Falange se tomó partido por la democracia, aunque fuese formal. Y también con el nombre de Falange se defendieron posturas sociales muy avanzadas, las cuales sobrepasaron por su izquierda a los partidos denominados izquierdistas.
Cartel y pegatina de FE-JONS (Auténtica) durante la transición