"La ética es el arte del bien vivir".
Fernando Savater
Pero no entendamos, por favor, "el bien vivir" como atiborrarnos de "Joselito 5 J" o manejar coches lujosos; nos estamos refiriendo a la libertad de optar y, lo que es más importante, a saber porqué hemos elegido determinada opción.
Esa libertad carece de sentido hasta que no se encuentra con "el otro", no se puede ser libre en soledad como no lo fue Robinson hasta que encontró a Viernes, ni lo fue el Ricardo III de Sakespeare, que nunca conoció la felicidad pues todas las riquezas que le rodearon las obtuvo mediante el crimen y la desconsideración hacia el prójimo, ni tampoco Esaú y Jacob que decidieron una primogenitura y sus privilegios por la absurda libertad de elegir irreflexivamente un plato de lentejas.
En definitiva y detrás de todo ello lo que se esconde es el anhelo de alcanzar la FELICIDAD; y es en éste, en el ámbito de la felicidad, en el que ni los malos gobernantes, ni las oligarquías, ni los poderosos pueden interferir ni debemos permitírselo.
Defendamos pués, en estos momentos de crisis de todo tipo, el que quizás sea el mejor ámbito convivencial y de felicidad: LA FAMILIA
La familia en cada uno de sus miembros y a la que añadiremos esos tres o cuatro buenos amigos que, de ser tales, diremos de ellos que son "como de la familia". Conseguido ese arte del buen vivir familiar que se alimenta de principios y valores, ofrezcámonos ya sin temor al resto de la Comunidad y tal vez, aunque puedo equivocarme, no tengan los jovenes que buscar paraisos artificiales en ninguna sustancia ni en ningún rockódromo abarrotado, a setenta euros la entrada, con resultado de muerte y que, dócil, borreguil e irresponsablemente pagamos unos papis que hemos abdicado de nuestras obligaciones.
Alberto