Actualidad

Conoce la actualidad de Falange Auténtica

Fernando Valbuena
Publicado en el Diario HOY.

Poca gente en las manifestaciones convocadas por los grandes sindicatos. Grandes entre comillas. España y sus seis millones de parados no fueron. Tampoco los que disfrutan el privilegio de tener un empleo. España, los españoles, los asalariados, entre la desesperación de no tener y la angustia de dejar de tener, no están por la labor sindical. Seis gatos mal contados. Dos radicales, dos profesionales de la protesta y otros dos. Es evidente, mal que nos pese, que los sindicatos no representan a los trabajadores. Ni los sindicatos del sistema, ni los de fuera. Por algún motivo, pongan ustedes el que mejor les parezca, los sindicatos y los trabajadores se dan la espalda. La calle no tiene dueño cuando llega el mes de mayo. Y eso es malo.

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Por Mendelevio.

Sólo los ricos no necesitan la solidaridad de su vecino. Sólo ellos si pierde su país, ganan porque tienen su dinero invertido en el resto del mundo. Sólo a ellos les da igual que quiebre el Estado y esté a los pies del FMI, tienen garantizada la sanidad y la educación privada. Sólo a ellos les interesa un Estado residual que no se inmiscuya en el libre comercio de productos fabricados en países por niños semi- esclavos. Sólo a ellos les interesa un Estado títere en el que prime el sector financiero especulativo a la economía real. A ellos les conviene libertad para su dinero, que vaya de paraíso fiscal en paraíso fiscal, para no contribuir a la justicia social.

Ellos son los que han cantado las glorias de la globalización, las ventajas del euro, de la desregularización del mercado laboral... Pueden portar llaveros con los colores de España e ir a Roland Garròs  con una gran Enseña nacional... pero no son solidarios con su gente.

Los internacionalistas, si queda alguno, son unos farsantes que les hacen el juego. Reniegan de la Patria Española y ensalzan la "nación" vasca, gallega o catalana. Menosprecian España pero cantan las glorias de la patria socialista cubana o Bolivariana...

Los nacionalistas, los xenófobos, los chovinistas... son  unos enanos morales. La patria no tiene que ver con ninguno de ellos. La Patria no es un bunker mezquino que da la espalda al resto del mundo. La Patria es una herramienta de las personas para ayudar a las personas. Empezando por el más cercano y acabando por el resto del mundo. O acaso... ¿qué creían que era eso de una unidad de destino en lo universal?

Celebramos el primero de mayo simbólico, recuerdo de la lucha de los trabajadores por unas condiciones humanas y dignas en el trabajo.

Los años de lucha no fueron estériles y las condiciones de vida de la clase trabajadora mejoraron y los avances conseguidos fueron algo digno de celebrarse y por eso se celebra el primero de mayo.

Hoy los trabajadores, que son todos los que deben ganarse la vida con su esfuerzo y colaborando con la sociedad, necesitan algo más que un listado de reivindicaciones. Es muy ingenuo pensar que hoy pueden simplemente reclamarse derechos y mejoras, sin querer darse cuenta de que las condiciones generales de la economía, las condiciones generales del país no permiten mejora alguna. Nuestros representantes sindicales, que solo lo son porque ellos así se definen, lo saben. Lo saben pero no están dispuestos a ponerle el cascabel al gato. Tal vez sea porque ellos, a diferencia de todos nosotros, los que no vivimos de la política, si tienen garantizado el puesto de trabajo y la jubilación.

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Por Mendelevio

Desde los círculos del llamado “patriotismo constitucional” ven a la monarquía como garante de la Unidad de España. Esto lo recoge la Constitución en el artículo 56 “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia”. No comparto esta tesis por varios motivos. El menos importante es la poca fe que tengo en la familia Borbón. Pensar que un descendiente de Carlos IV, Fernando VII o Isabel II es el garante de la unidad de España me pone los pelos como escarpias. Tampoco es lo más importante lo bajo que están cayendo los borbones del siglo XXI. Noós, Corina, los elefantes de Bostwana… resultan especialmente dolorosos en un país con 6 millones de parados y unos índices de pobreza crecientes.

Me preocupan más aspectos de historia política comparada. Hoy Isabel II de Inglaterra es a su vez Jefa de Estado de Canadá, Nueva Zelanda y Australia. ¿Eso significa que el Reino Unido y estos tres Estados sean una nación? No. Son cuatro naciones con una cúspide coronada que adorna los sellos de correos. Mantienen un mismo folclore monárquico, sin muchos más lazos jurídicos ni económicos. Esto, evidentemente, fue un modelo válido para el Imperio Británico, que le ahorró tres guerras de independencia como la de Estados Unidos.

¿Este es el modelo que queremos para España? ¿Queremos que Cataluña, País Vasco, Castilla o Murcia sólo compartan Jefe de Estado? Distinta fiscalidad, distinto sistema judicial, sanitario y educativo, pero mismo Jefe de Estado. ¿Queremos auto engañarnos con una unión de revista del corazón? Da la impresión que nuestra casta política, en cada revisión de los estatutos de autonomía o las posibles reformas constitucionales, sólo se plantea respetar la unidad de la jefatura del Estado. Parece que todo lo demás es negociable, dependiendo de las necesidades de conseguir mayorías parlamentarias. Recordemos al último Felipe González, al primer Aznar, a todo Zapatero y ¿el próximo Rajoy? Todos, por conseguir aprobar unos presupuestos negociaron con desleales de CiU, PNV, CC o ERC parcelas de la vertebración jurídica de España.

Esto es volver al siglo XVII y pueden desearlo los nostálgicos del foralismo carlista, pero no nosotros. Las diferencias no son cuestiones de símbolos o uniformes, sino de modernidad. En uno de los famosos catecismos civiles de la guerra de independencia de España contra el invasor francés se recogían perlas como: “¿Es pecado asesinar a un francés? No padre, se hace una obra meritoria librando a la patria de esos violentos opresores” Pero la que más nos interesa es: “¿Qué es la patria? La reunión de muchos gobernados por un rey, según nuestras leyes”.  Me resisto a identificarme con esta afirmación a la que nos lleva el patriotismo constitucional.

El problema no es el actual titular de “los derechos de la corona”. Derechos sobre nosotros. El problema es la corona en sí. Da igual que cambiemos al amigo de Corina por el presunto JASP Felipe. Ambos tienen como prioritario afianzar la institución, la dinastía… Por encima de los derechos de los españoles, anteponen los intereses de la Corona.

Una Patria es un proyecto sugestivo de vida en común. Es solidaridad. Es hacer cosas juntos. No es heráldica, no es protocolo. No cedamos todo menos la corona. Si lo único que no une es tener el mismo rey, hemos retrocedido siglos y desaparecido como nación. Salvar la corona no es salvar la unidad de España, es apuntalar la tramoya que esconde su disgregación.

 

Isabel II es reina de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido... ¿Son por ello una misma nación?

 

Ilustración de la revista La Flaca, en la que aparecen las rencillas de la familia Borbón. Hay peleas padre-hijo (Carlos IV y Fernando VII), entre hermanos (Fernando VII y Carlos-María Isidro), entre cuñados (Isabel II, Francisco de Asís y Montpensier), entre primos (Enrique de Borbón y Luisa Fernanda) y primos segundos (Alfonso y Carlos-María de los Dolores).