Por Flecha y Catus
No cabe duda de que algo está cambiando en Iberoamérica pues, elección tras elección, las opciones que enarbolan unidas la bandera del patriotismo -frente al sometimiento al imperialismo- y la bandera de lo social -frente a los planteamientos económicos neoliberales- ganan posiciones, un fenómeno que no podemos dejar de mirar cuando menos con interés y, en muchos casos, con abierta simpatía.
Se trata de opciones políticas alejadas de los clásicos partidos marxistas: frente al partido único defienden la democracia y el pluripartidismo, frente a la economía totalmente estatalizada plantean modelos de economía mixta o de economía social, frente al materialismo reivindican el espíritu, y frente al sometimiento a alguna Internacional reivindican la independencia de los pueblos, sin perjuicio de la solidaridad y de una mayor integración continental. Tampoco son fenómenos equiparables a una socialdemocracia clásica. Ciertamente, en algunos países se encuentran coincidencias, pero en otros muchos la nueva izquierda iberoamericana está cuestionando abiertamente los esquemas y modelos liberalcapitalistas y buscando caminos propios, algo que en ningún caso hace nuestra izquierda doméstica de Europa.
Uno de los últimos procesos electorales, el de Ecuador, ha deparado la victoria, con amplia ventaja, de Rafael Correa (Alianza País), que competía con el magnate Álvaro Noboa (del derechista PRIAN).