por Eduardo López Pascual
Quiero adelantar aquí que este título que expongo más arriba como titular de la columna no es, en absoluto, un experimento gramatical ni corresponde a ningún neologismo extraño, sino a un extracto de la última convocatoria electoral que, como ya se sabe, el Presidente del Gobierno –“desde luego sin intención”-, ha previsto para el próximo 20 de Noviembre, fecha emblemática para algunos aunque no por los mismo motivos, y claro está para los falangistas, que guardan la memoria del asesinato de su fundador en la cárcel de Alicante.
Pero a diferencia de otros, los falangistas de Falange Auténtica no daremos ningún espectáculo por tan perversa coincidencia; es más, para estos seguidores de José Antonio, nuestro primer referente ideológico fusilado por el Frente Popular precisamente un 20 de noviembre de hace 76 años, esto puede contribuir a que algunos españoles no unan la muerte de José Antonio con el fallecimiento del General Franco, entre otras cosas, porque representaban modos y formas distintas. De aquí en adelante, la gente podrá recordar al 20-N como el día de unas elecciones generales que pusieron fin a uno de los periodos más negros de la reciente historia de España y los falangistas podremos celebrar esa fecha sin la carga peyorativa que el Establishment político le ha adjudicado en su perverso calendario particular.