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Los jóvenes del 15M reclaman más y mejor democracia, como lo lleva haciendo FA desde los tiempos de su fundación. ¿Cómo dar una respuesta nacionalsindicalista de base personalista y sentido inequívocamente democrático a las carencias de las instituciones ? Este es el gran reto del falangismo que ahora entronca con la revuelta del 15M.

Desde que finalizó la falsificación de la doctrina nacionalsindicalista en un régimen eminentemente católico-conservador, en una primera fase, y tecnócrata-desarrollista al final, hacía falta una sistematización de lo que debe ser un Estado nacionalsindicalista integral, y ya existen, a pesar de ciertos pesimismos, aproximaciones escritas muy precisas en las que no creo necesario insistir. Recordar tan solo, por ejemplo, el trabajo de Jorge Lombardero “Aproximación a una teoría del Estado Nacionalsindicalista. “

 

 

Sobre la articulación de un futuro Estado nacionalsindicalista se ha ido coincidiendo entre los falangistas más conscientes en un proceso lento pero inexorable a lo largo de los últimos treinta años en la necesidad de apostar por una republica presidencialista con un Jefe de Estado y/o de gobierno elegido directamente por el pueblo mediante sufragio universal directo, y además se incide, también con un  bastante nivel de coincidencia, en la necesaria articulación de una democracia participativa que vaya más allá y complete la democracia política (representación de las ideas) con una democracia social y económica, es decir, con los representantes de las entidades  territoriales , profesionales y sociales presentes también en los máximos órganos de representación y decisión. El poder legislativo no
puede ser monopolizado por los partidos políticos. Hasta aquí la tradicional respuesta falangista es una derivación satisfactoria para el movimiento 15M siempre y cuando se siga actualizando en sentido democrático como se hace en FA.

Dicho esto, que es fundamental, podríamos insistir en cual deben ser las inspiraciones profundas de ese Estado, y cuales resultan ser los vértices sobre los que se levantaría un régimen de conciliación entre los españoles porque respondería a las exigencias políticas y morales de una amplia zona de la población que no se siente ni identificada ni cómoda en la actuales dicotomías o enfrentamientos entre izquierdas-derechas, pero tampoco en la planteada, por ejemplo, entre laicistas o católicos, tan en boga en esta España de inicios del siglo XXI.

Podríamos resumir estas inspiraciones personalistas en cuatro grandes apartados o “sentidos” que también están presentes de forma embrionaria en el movimiento 15M tal y como fue planteado en los primeros pasos y en el manifiesto inicial:

1. Sentido espiritual, que lleva a la consideración del hombre como un ser espiritual más allá del materialismo capitalista-consumista, en pleno apogeo, y del ya caducado marxismo. Apuesta desde esta premisa por un Estado laico que asuma, sin embargo, interpretaciones de la vida como la cristiana ligada históricamente a nuestra tradición, sin confesionalismos y sin injerencias eclesiásticas en los asuntos del Estado. La interpretación cristiana de la vida no es más que poner en valor una ética basada en la nobleza a la que puede aspirar el ser humano tomando el Amor como motor de la existencia. Desde esta perspectiva, se valora como inviolable la integridad, libertad y dignidad del ser humano entre la concepción y la muerte, pero sin rigideces dogmáticas y con una alta estimación del valor de la  compasión y la empatía (nunca criminalizando a quien aborta por desinformación, falta de medios o desesperación). De igual modo,
y considerando a la familia como una célula social básica, se aceptan modelos de familia en los que no siempre su configuración es tradicional tal y como la entienden los sectores más conservadores de la sociedad, así como la regulación de las parejas de hecho como sujetos jurídicos con derechos y deberes.

2 Sentido democrático .Un modelo de democracia mixta donde se alternen las formas de representación orgánicas (social, sindical, territorial) con otras inorgánicas (representación de ideas políticas), con máxima prioridad en conseguir un mayor acercamiento entre elector y elegido, y un menor protagonismo de las estructuras de los partidos. En este sentido, es muy interesante la figura del diputado de distrito así como las listas de partido en circunscripción nacional y no provincial. Una combinación de ambos modelos de elección sería interesante para terminar con la dictadura tanto de las minorías nacionalistas como de las listas cerradas.
Asimismo, se hace necesario un Poder Ejecutivo de tipo presidencialista con elección directa mediante sufragio universal del jefe de Estado y/o del gobierno. Además es urgente establecer un Poder Judicial independiente de los partidos, única garantía para que el Estado de Derecho sea auténtico.

3. Sentido socializador de la riqueza. Un modelo de economía tendente a la socialización y la sindicalización en las grandes estructuras dominadas por el capital anónimo, y un mantenimiento de la economía privada a nivel familiar y de pequeñas y medianas empresas con máxima consideración en ellas para el valor trabajo tanto de emprendedores como de trabajadores en la acepción más tradicional de la palabra. Apuesta decidida por la propiedad familiar, comunal y sindical, así como por la socialización de los instrumentos de crédito poniéndolos al servicio de la economía real y productiva. Frente a las ingenierías financieras y especulativas que llevan a los pueblos a la ruina se alza el genuino sindicalismo traicionado por las burocracias sindicales. No hay más nobleza que la del trabajo.

4. Sentido nacional antinacionalista, europeo y solidario con las republicas hermanas de Iberoamerica, que promueva un Estado con
un concepto de la españolidad abierto e integrador, y al mismo tiempo profundamente respetuoso con las identidades regionales que conforman la nación española. Apuesta por una fuerte descentralización a través de la autonomía municipal. Es cierto que las juventudes del 15M no han querido usar los emblemas nacionales, pero late en ellas un fondo de genuina rebeldía española con vocación de ser expandida a otros lugares de Europa con problemáticas similares a las nuestras. Asimismo, es de reseñar la gran cantidad de hispanos que participan en las asambleas.

¿Cuál de estos cuatro grandes “sentidos de la rebelión” no forma parte del acervo falangista?. ¿Cuál de ellos no está presente en el movimiento 15M? Creo que buena parte de este esquema podría ser suscrito sin demasiados problemas quizá por no todos pero si por una gran parte de los jóvenes que protagonizan la rebelión 15M. No es más que el esquema del falangismo más moderno y consciente de nuestra realidad tal y como se ha ido configurando en la actual etapa democrática de nuestro país. La gran diferencia con otras revueltas populares en busca de mayores cotas de justicia es que esta del 15M vino, al menos en sus primeros compases, con una buena dosis de sentido espiritual, contra el consumismo y contra cualquier tipo de materialismo, y esa bandera ya estaba alzada. Es cierto que el  movimiento corre el peligro de ser instrumentalizado por viejos artilugios ideológicos fracasados (ultraizquierda comunista en sentido
amplio) o por el separatismo reaccionario que gobierna en algunas zonas de España, pero hay en esos jóvenes suficiente madurez para saber distinguir lo más nuevo, lo más actual y lo más revolucionario. Es hora de entenderse con lo que hay en la calle.

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