El Presidente de Telefónica, César Alierta, se ha erigido estas últimas semanas en portavoz de la oligarquía económica y financiera que manda en España para animar la continuidad del modelo bipartidista.
Se trata de un llamamiento a la pretendida gobernabilidad y estabilidad del país, amenazada por el ascenso de formaciones políticas que, por el momento, quedan fuera del alcance de los mecanismos de control de “los mercados”.
En realidad, es evidente que la sola preocupación de “los amos del cortijo” es conservar un estatus quo que les ha reportado beneficios ingentes en las últimas décadas, en forma de sucesivas “mejoras de la competitividad y la productividad”.