El Presidente autonómico, Paulino Rivero, al que no han votado ni el 25 % de los isleños, no contento con envolverse en la bandera del soberanismo trasnochado a fin de esconder los pésimos resultados de su gestión de gobierno, que ha relegado a Canarias a la cola del conjunto español en educación y a la cabeza del desempleo y tiempo de espera de los pacientes de la sanidad pública, se ha ido a Marruecos para, como un niño malcriado, esconderse bajo la chilaba del Rey alauita en el pulso que mantiene con el Gobierno de España, al que pretende endosar las miserias de su incapacidad política.