En la Junta de Extremadura están muy contentos porque nuestra región “eleva su calificación de solvencia a niveles máximos” según Standard & Poor's. Según el gobierno de Monago “eso generará confianza en los mercados y hará que la economía extremeña crezca a mayor ritmo”. En Falange Auténtica jamás nos hemos fiado de las denominadas agencias de calificación. Que no olvidemos son empresas privadas, con claro ánimo de lucro y que obedecen a los intereses de “inversores” y especuladores no de ciudadanos preocupados por el desempleo, la educación de sus hijos o el pago de la hipoteca. No nos fiamos de Satandard & Poor´s, Moodys u otras empresas similares porque no les reconocemos autoridad alguna. Es más, nos sorprende sobremanera que ninguna autoridad internacional o supranacional les enmiende la plana a este tipo de empresas y los gobiernos basen sus políticas de ajustes en función de lo que digan las mismas.
No olvidemos que Standard & Poor´s reconoció su equivocación la calificación nacional de España una vez aprobada la reforma laboral y tras la subida del IVA. Por tanto no son infalibles. Repetimos obedecen a los intereses “de los mercados”, del gran capital, de los especuladores.
Como remate final ¿Por qué tenemos que debemos creen ahora lo que dice S&P, cuando el propio presidente Monago no hace mucho no les reconocía autoridad ninguna para calificar la deuda extremeña? Recordemos que meses atrás esta misma agencia otorgaba a nuestra región una puntuación negativa. En ese momento el gobierno autonómico, con buen criterio (desde nuestro punto de vista), no les daba ningún crédito a la valoración otorgada. ¿Ahora cuando nos suben la nota nos lo creemos a pie juntillas? Parece poco serio ¿no? Son objetivas o no son objetivas, si lo son, deben serlo antes y ahora, pero no en función de nuestros intereses.
Y por si quedaba un resquicio de duda, recordamos que las mujeres y los hombres de Falange Auténtica no les reconocemos autoridad ninguna a estas empresas que no viven de ningún trabajo productivo claro sino de la mera especulación, perpetuando con sus actuaciones un sistema perverso y caduco como es el capitalismo, un sistema que los falangistas, desde siempre, aspiramos a desmontar.