El triunfo del Equipo Nacional de fútbol en la Copa del Mundo de ese deporte, ha hecho aflorar el sentimiento patriótico a millones de españoles que lo mantenían latente y eso, para nuestro País, es bueno porque en tiempos como los que corren, de grave crisis y fuertes desajustes sociales, el fortalecimiento de la solidaridad nacional puede servir de ayuda para afrontar los retos a los que hemos de hacer frente como nación.

Sin embargo, España y el sentimiento español van mucho más allá de un equipo deportivo. España es una nación milenaria que ha escrito las páginas más importantes de la historia de la humanidad, llevando la cosmovisión clásica del orbe europeo al Nuevo Mundo por ella descubierto y conquistado. España es nuestra historia pero también es el presente y el futuro que hemos de ganar.

España es el agradecimiento a nuestros mayores por haber trabajado duro y luchado para dejarnos lo mejor que pudieron dejar. Es el respeto entre nosotros para convivir en paz y la esperanza de un País mejor que habremos de legar a nuestros hijos.

por Juan F. González Tejada

Existe en España una especie de fanatismo ideológico, en muchos de esos políticos profesionales que chupan pantalla, que con tal de  que gane su partido no les importa el destino colectivo de los españoles. Algunos de esos fanáticos afirman cada dos por tres: ¡¡¡ veis como España no se ha roto!!! Estos tipos piensan que quienes les escuchamos somos imbéciles, cualquiera sabe que la ruptura de una Nación no es un proceso tan simple como la quiebra de un cristal.

Durante los últimos 30 años ha habido una política persistente de satisfacción de los deseos separatistas, que con arreglo a la máxima democrática de UN HOMBRE, UN VOTO, estas minorías nacionalistas serian insignificante en la toma de decisiones políticas en las Cortes Generales, que es donde se debate el destino colectivo de la sociedad española. El camino que UCD, PP y PSOE les han ayudado a andar supone un espaldarazo político a la formación de unas naciones que hasta ahora jamás habían tenido carta de naturaleza histórica ni jurídica, salvo durante los convulsos tiempos de la Segunda república española.

La Junta Política Nacional de FALANGE AUTÉNTICA quiere mostrar públicamente su profundo dolor por el fallecimiento de las cuatro cooperantes españolas María-José Duch, Soraya Macías, Lorena Herrero y Lidia Monjas, que perdieron la vida en un accidente de tráfico en Perú así como su solidaridad con las familias y amigos de las víctimas, mientras hacemos votos por el pronto restablecimiento de los compañeros heridos.

Las cooperantes habían ido a Perú con el fin de desarrollar un proyecto de cooperación educativa con una ONG de esa nación, destinado a los niños pobres y desamparados de la región del Cuzco en una muestra de valor humano y solidaridad que, desde FALANGE AUTÉNTICA, siempre hemos promovido, admirado y respetado.

Ignacio Camacho en abc.es

CUÁNTO nos gustaría que España se pareciese a España. Que la selección fuese un trasunto del país, la metáfora de una nación fiable, exitosa, respetada, segura de sí misma, y no la encarnación aspiracional de sus sueños. Que la cohesión del equipo del fútbol surgiera de la avenencia cómoda y natural de una sociedad equilibrada. Qué hermoso sería presumir de un patriotismo así, democrático, representativo, espontáneo, fluido y sin fisuras, integrador y alegre, en el que la palabra España sonase sin chirridos como el concepto matriz de una idea común de concordia.

Quizá por eso la gente esté disfrutando tanto de esta dulce utopía en la que el fútbol aglutina un ideal mucho más grato que la crispada realidad de la política. Un clima en el que España no es una ofensa ni un debate sino una aspiración colectiva. Serena, participativa, alegre, sólida. Una España moderna y plural capaz de actualizar los versos de Miguel Hernández, con catalanes proactivos, andaluces esforzados, asturianos esenciales, madrileños generosos y vascos solidarios. Una España sin conflictos de personalidad ni estériles polémicas identitarias. Una España cosida con los hilos invisibles de un objetivo, un proyecto y una estrategia. Una España eficaz, vigorosa, solvente. Una España mejor que España misma. Una España imposible, acaso.