Miguel Ángel Loma
Después del referéndum que se han organizado los llanitos en Gibraltar, cualquier grupete de okupas que se apodere de una casa, de una finca o de un terrenito ajeno, puede considerarse legitimado a montarse otra consulta de similar naturaleza, y así, tan democráticamente, decidir entre ellos solitos a quién pertenece la soberanía del suelo ocupado.
Comprendo que no estamos ante una identidad de situaciones, porque cuando los okupas invaden un inmueble lo suelen hacer de tapadillo y por la grosera razón de pernoctar bajo un techo más o menos firme, sin la grandeza que supone expulsar por las armas a sus legítimos habitantes invocando el sagrado nombre de la paz. También percibo que los okupas carecen de visión mercantil y que si llegan a montar un chiringuito comercial en la finca ocupada, suele ser algo bastante pobretón que no da ni para comprar champú, y que dista mucho de constituir un respetable paraíso fiscal.