Actualidad

Conoce la actualidad de Falange Auténtica

Los homosexuales han padecido, durante años, injustas discriminaciones legales e intolerables vejaciones sociales, algo que el conjunto de la sociedad española actual quiere superar, en pro de la igualdad y la integración.

Pero esos agravios no legitiman a nadie para adoptar comportamientos ofensivos e inadmisibles contra quienes piensan de forma diferente. El Fiscal General del Estado aseguraba en su momento que vigilaría estrechamente el desarrollo de la manifestación convocada por el Foro de la Familia, para comprobar que no se produjeran expresiones homófobas. No encontró nada ante lo que actuar y los manifestantes defendieron su postura -que lógicamente podrá o no compartirse- con corrección.

En la marcha del Día del Orgullo Gay (mala denominación ya, porque la condición sexual de cada uno no tiene ningún mérito: no es algo de lo que haya que avergonzarse en absoluto, pero tampoco sentirse orgulloso) se escucharon muchos gritos ("Vamos a quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal, "De tanto obispo chulo estamos hasta el culo...) y se vieron no pocas pancartas ("Aquilino, métete un pepino...) clara e innecesariamente ofensivas. ¿Se imagina alguien que en una manifestación se portasen letreros en ese mismo tono, con pareados más que desafortunados... pero contra los homosexuales o los líderes más visibles de sus asociaciones? Todos consideramos que sería, sencillamente, inadmisible. Pues, cuando es al revés, también.

Aunque no debe generalizarse la denuncia, sí cabe pensar que no se trataba de elementos aislados e incontrolados. Algunos de estos carteles iban en lugares bien visibles de la marcha (por ejemplo, justamente detrás de la pancarta de cabecera) sin que nadie de la organización pidiese su retirada.

La condición de homosexual no puede ser nunca excusa para ser objeto de discriminación. Pero tampoco puede convertirse en una patente de corso para incurrir en los mismos comportamientos injuriosos que muchos homosexuales han tenido lamentablemente que sufrir. Se puede y se debe expresar la discrepancia. Pero con respeto. Todos.

Selenio

La Ejecutiva Nacional de Falange Auténtica acordó la adhesión de nuestra organización a la campaña Pobreza Cero que viene impulsando la Coordinadora de ONGD de España, que agrupa a centenares de asociaciones, y nuestra suscripción del Manifiesto oficial de la misma.

La campaña viene a denunciar la situación injustificable de pobreza en que se hallan más de 3.000 millones de personas en nuestro mundo, con sus consecuencias: "desnutrición, SIDA, analfabetismo, discriminación de mujeres y niñas, depredación de la naturaleza, desigual acceso a la tecnología, desplazamientos masivos a causa de los conflictos, migraciones provocadas por la falta de equidad en la distribución de riqueza a nivel internacional".

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La manifestación celebrada en Madrid contra la pobreza el pasado domingo mueve a hacer dos reflexiones.

La primera: ¿qué hacían allí los políticos del PP y del PSOE? Todo el mundo tiene derecho a manifestarse por un objetivo tan altruista, pero me pregunto si los políticos que allí estaban se han parado a pensar que, si tres cuartas partes de la humanidad pasan hambre, es en gran medida por el sistema socioeconómico que ellos bendicen y aplauden. Mientras me hago esa pregunta, me indigna su racanería a la hora de no querer destinar ni tan siquiera el 0,7 por ciento del PIB a la ayuda para el desarrollo.

 

La segunda: llamaba poderosamente la atención la escasa presencia eclesial, volcada tan sólo una semana antes en la protesta por la familia y/o contra el matrimonio gay. Algún obispo asistió, pero en general era mayoritaria la presencia de grupos de izquierda. ¿Es menos importante la pobreza que la adopción de niños por parte de homosexuales? La jerarquía de la Iglesia española debería replantearse si tiene sentido su presencia en la calle y, si lo tiene, volcarse en TODO lo que reclame esa presencia.

 

Por tanto, ¿que hacían allí nuestros políticos?, ¿qué no hacían nuestros obispos? Amen.

Litio


Consigna: Matar a José Antonio es el título de un interesante libro publicado por Manuel Barrios en el que el autor se plantea un interrogante: "¿Por qué matan a José Antonio Primo de Rivera, el hombre que pudo cambiar la historia?.

Natural de San Fernando (Cádiz), el veterano periodista Manuel Barrios Gutiérrez ha estado siempre vinculado a Sevilla. Su labor literaria ha dado como fruto setenta libros –entre novela, teatro y ensayo-, con cuarenta y cuatro galardones en su haber, entre ellos el prestigioso Premio de Novela Ateneo de Sevilla además de haber sido finalista del Planeta y el Nadal. Ha sido Jefe de Programación de RNE en Sevilla y Redactor-Jefe en Radio Sevilla, obteniendo en esta etapa la Antena de Oro y cuatro Premios Ondas.

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Por España en Verde y Azul

Tenemos que garantizar el acceso al agua a todos, su gestión ha de ser pública y, en busca del bien común, el agua no puede estar sujeta a la especulación. El agua es un derecho universal, es un asunto de vital importancia en toda sociedad, es un problema mundial, tanto para su desarrollo socioeconómico como medioambiental. Pero en España es un mal endémico al que ningún gobierno ha puesto ni ha querido poner empeño en resolver. La visión del agua tiene tantas aristas o vértices que es imposible que en este espacio se traten todas. Pero hay ideas que nos golpean la conciencia por obvias. En el agua hay que tener en cuanta su cantidad, su calidad y su distribución.

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