El deplorable comportamiento de la Fiscalía en el juicio contra Arnaldo Otegi es aún más grave que la decisión adoptada con De Juana, que hace algunas semanas provocaba la incomprensión e irritación ciudadana. El trato de favor a este terrorista aplicaba un beneficio penitenciario permitido por la Ley, aunque políticamente muy discutible por las circunstancias del caso y por adoptarse en el marco de un chantaje público. Pero ahora se trata, simple y llanamente, de saltarse la Ley a la torera y dejar de perseguir un delito, para favorecer al portavoz proetarra. Y, por si fuera poco, con la escenificación, al alimón por parte de Otegi y del Fiscal, de una auténtica burla a la Justicia y a los ciudadanos.
Recordemos que Arnaldo Otegi participó activamente en un homenaje público a la terrorista Olaia Kastresana, que había muerto al manipular una bomba con la que pretendía asesinar a personas en la localidad alicantina de Torrevieja. El acto estuvo presidido por una pancarta con el texto: "Del mismo tronco que tú surgiste, nacerán otros. La lucha es el camino. En el acto se sucedieron gritos a favor de ETA, sin que, por descontado, nadie los acallara, sino que fueron aplaudidos y jaleados por todos los intervinientes. Tras portar el féretro de la citada delincuente, Otegi se refirió a ella diciendo que "se nos ha ido, como tantos gudaris de ETA, con la dignidad silenciosa y aludió a que "ya es la generación nacida en el Estatuto la que se adhiere a la lucha armada para expresar su compromiso político, para finalmente pedir "nuestro aplauso más caluroso a todos los gudaris que han caído en esa larga lucha por la autodeterminación.