El asesino perdona a las víctimas por haberse cruzado éstas en su camino, el abortista perdona al feto por haberle puesto éste en la tesitura de tener que elegir, Miguel Carcaño perdona a Marta del Castillo. Seguimos cayendo en barrena pues no es la económica la peor de las crísis, de tal forma que nuestra sociedad en un trasunto del goyesco "Saturno devorando a su hijo".
Seis guiris de sangría y chanclas vienen a nuestra Patria a explicarnos que son España y los españoles y como tenemos que comprender y perdonar a los de enfrente, pensando que son dos ejércitos los que se enfrentan y creándonos la necesidad de que no haya vencedores ni vencidos.
En el colmo del abracadabra, están presentes en el contubernio además del grupo ABBA, los asesinos, sus mamporreros y algún que otro demócrata a tiempo parcial -¿quién de ustedes puede asegurarme que ningún peneuvista se ha puesto el pasamontañas?-. Enfrente, fuera del palacete, a la interperie y sin dietas las víctimas del terrorismo apretando los dientes, perplejos, porque después de tres horas unos señores de otra galaxia les van a decir como deben resolver sus vidas a partir de mañana.
Por favor, un hueco para las victimas del terrorismo entre los indignados.