Falange Auténtica, partido que apoyó en Ardales al candidato de Izquierda Unida, Juan Calderón, para que resultara elegido alcalde, denuncia la hipocresía y el doble rasero de la formación que lidera Gaspar Llamazares, al expedientar a sus ediles en esta localidad malagueña por aceptar los votos de FA y, sin embargo, mantener simultáneamente un pacto de gobierno con ANV en Mondragón sin reparo alguno.
Hay que recordar que en el primer caso se abrió de inmediato expediente de expulsión a los concejales ardaleños de Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía, por limitarse a aceptar los votos de Falange Auténtica y alzarse con la alcaldía. Este apoyo fue otorgado por FA sin pedir a cambio cargos ni concesiones, simplemente valorando la coincidencia de los programas municipales y con el convencimiento de que el deseo mayoritario del pueblo era favorecer una alternativa democrática tras dos décadas de alcaldía de Salvador Pendón (PSOE). Mientras, en la localidad guipuzcoana de Arrasate-Mondragón, los ediles de Ezker Batua, la federación vasca de IU, suscribieron formalmente, sin el menor reproche, un acuerdo de gobierno para compartir responsabilidades municipales con el grupo proetarra Acción Nacionalista Vasca.
Nuestra formación no tiene nada que ver con partidos ultras de parecida denominación, somos un partido plenamente democrático, que acata y respeta la Constitución -aunque aspire a su reforma- y que defiende inequívocamente el pluralismo y, por descontado, rechazamos con rotundidad cualquier tipo de violencia.
Por el contrario, ANV es un partido político que está en vías de ilegalización por los tribunales por formar parte de un entramado terrorista y, hace apenas unos días, cuando un trabajador y exconcejal era asesinado de tres tiros en la calle delante de su familia, no ha mostrado ni el menor atisbo de crítica o rechazo ante una acción así, lo cual les retrata muy claramente.