Este 2 de Mayo se cumplen doscientos años del alzamiento del pueblo de Madrid contra los invasores franceses que daría lugar a la Guerra de Independencia de España frente al imperialismo napoleónico.
Sin ánimo de hacer un exhaustivo análisis histórico de dichos acontecimientos que están teniendo una prolija presencia en el mundo editorial (afortunadamente cada vez son más los españoles que se interesan por nuestra Historia desde el rigor, para no verse camelados por la falsedad de la desmemoria manipulada), desde FALANGE AUTÉNTICA queremos homenajear a esos héroes populares que hace 200 años mostraron lo mejor de si mismos, y de nuestro pueblo, en defensa de la independencia y la unidad de la Patria, alumbrando además una reformulación adaptada a los tiempos de nuestra Nación, cuyo espíritu se empezó ya a sentir en las mochilas de los legionarios de Escipión cuando éstos transitaron desde la madre Roma por los caminos de la vieja Hispania hace más de dos mil años.
La Constitución de Cádiz de 1812, que incorporó a España a las modernas tendencias constitucionalistas, consagró que los españoles habíamos dejado de ser súbditos para convertirnos en ciudadanos, titulares de derechos inalienables y de obligaciones. Esa fue su gran aportación, además de reconocer a la Nación Española como única titular de la Soberanía Nacional, ejercida en su nombre por las Cortes como supremo órgano de representación popular. Pese a los sucesivos avatares sufridos por nuestro País hasta hoy, ese es el principal paso dado por los constituyentes gaditanos, cuya labor fue refrendada por el heroísmo el pueblo hispano alzado en armas que no permitió que ningún invasor se sintiera seguro, ni tan siquiera en el palmo de terreno patrio que pisaba.
Los falangistas democráticos somos fieles a ese espíritu de lucha por la Patria y la Libertad que nuestros antepasados nos legaron. Por eso defendemos una España unida y democrática, donde los derechos y obligaciones sean iguales para todos los españoles, desde el Jefe del Estado hasta los que acaban de nacer, vivan donde vivan.
Desde el máximo respeto a los acervos tradicionales de los pueblos de España, cuya riqueza y pluralidad nos comprometemos a defender, no toleraremos desigualdades entre españoles generadoras de injusticias en nombre de supuestos derechos históricos de ningún territorio, porque entendemos que los derechos son inalienables a las personas y sólo a ellas.
Manifestamos una vez más nuestro compromiso y lucha por el modelo de estado que consideramos más justo y eficaz para nuestra Patria, que no es otro que el de una República Presidencialista con un parlamento unicameral donde las competencias que la nueva constitución atribuya al estado sean ejercidas exclusivamente por éste en beneficio de todo el pueblo español.