Siempre quieren participar en las elecciones. Aunque nada saben de la democracia quienes sólo asesinando y extorsionando dan valor a sus ideas nefastas, cuando llega el momento de ejercer la pobre democracia formal que podemos, estos malnacidos de ETA, se empeñan en intentar influir de alguna forma en nuestras decisiones.
No somos en Falange Auténtica defensores del actual modelo electoral. Denunciamos un día sí y otro también que el sistema sufre un agudo déficit democrático, pero cuando se produce un acontecimiento como este y los asesinos quieren amedrentarnos, sólo cabe cerrar filas con la ley y decir fuerte y claro: ve a votar el domingo y no recuerdes siquiera que existen alimañas como los malditos separatistas de ETA. Vota lo que quieras, lo que consideres mejor, lo que sea, pero que en tu decisión, por lo que más quieras, no pese ni una milésima de gramo todo el mal y el odio de los asesinos.
Después habrá tiempo de aclarar qué se deba hacer con ETA. Que lo que hasta ayer ha dicho y hecho cada cual sea lo único que afecte a tu decisión. No des a estos desechos humanos el placer de sentir que han sido capaces de influir en las decisiones de un sólo español, vasco o de cualquier otro sitio.
No olvidamos en este momento de rabia, de mucha rabia, que una familia española, la de nuestro hermano Isaías Carrasco, ex concejal con el PSE-PSOE, ha perdido mucho más que la ilusión de ir a votar el domingo. Por el afán etarra de forzar violentamente al pueblo español, ellos han perdido a un ser querido irremplazable. Todo nuestro cariño, todo nuestro afecto y todo el respeto que desde Falange Auténtica podamos hacerles llegar, como hoy, sin duda les harán llegar de todas partes, no es suficiente para mitigar nada del dolor que sin duda sentirán. Pero eso es lo mejor que podemos hacer: resistir, salir adelante, promover la justicia inflexible, defender con la razón lo que es razonable contra lo que, por irracional, no pueden ellos defender más que con la violencia, y estar siempre, siempre, con las víctimas y contra los asesinos.
Descansa en paz, Isaías.