Armenia ha sufrido un ataque de Turquía y su vecino Azerbaiyán que, tras 40 días de lucha desigual, ha obligado al gobierno de esa república caucásica a aceptar unas condiciones de paz cercanas a la derrota.
Los armenios pudieron recuperar la región del Alto Karabaj tras la implosión de la URSS, ya que había sido otorgada a su vecino Azerbaiyán por los caprichos de los dirigentes soviéticos, cuando por historia y población siempre fue una tierra armenia.
El brutal y desigual ataque que los armenios han recibido de Azerbaiyán, cuyas fuerzas han sido modernizadas, entrenadas, apoyadas y armadas por su aliado turco y, no olvidemos, por Israel, ha puesto de manifiesto la soledad de Armenia, abandonada por la equidistancia de Rusia, que ha preferido mantener sus relaciones económicas con Azerbaiyán a jugar su histórico papel de protectora de los armenios. La Unión Europea y la OTAN, ni han estado ni se les espera ya en esa región, puesto que la política de no intervención del Presidente Trump pone de manifiesto la incapacidad de los socios europeos para actuar por si mismos en conflictos en los que no puedan cobijarse bajo el paraguas norteamericano.
Pero lo que ha confirmado esta corta e intensa guerra, es la actitud agresiva e imperialista de Turquía, manifestada en Siria, Libia y las provocaciones a Grecia o Francia, que ha agregado un área de influencia más a su apuesta geoestratégica por controlar países y gobiernos, desde el norte de África al Mediterráneo oriental y desde Oriente medio al Cáucaso, llegando incluso a erigirse en fuente de desestabilización de los países europeos con presencia de importantes comunidades turcas, cada vez más influenciadas por el gobierno de Ankara y su Presidente.
Lo que ha ocurrido con Armenia debería hacer reflexionar a los ejecutivos europeos sobre el papel de Turquía, al que se tiene como socio en la OTAN y no para de comportarse como alguien que no es de fiar. Nosotros creemos que la agresión a Armenia o las continuas provocaciones a Grecia, exigen una respuesta y una nueva doctrina europea en materia de defensa, que ponga en su sitio a Erdogan y no se dependa tanto de los intereses anglosajones para actuar en defensa de nuestra seguridad, estabilidad y libertades.
Junta Política Nacional de Falange Auténtica