Enero una vez más nos trae noticias de dolor. Por el amigo que ha muerto, por el camarada que nos ha alentado, por el ser entero de su magisterio enorme, de su profesionalidad sin mácula, de su periodismo profundo y honesto en una vida completa dedicada al servicio de nuestro País. Ismael Medina Cruz, título e historia de azul, depositario de lealtades irreversibles que nos han marcado a muchos de nosotros, seguidores y partícipes de una esperanza con nombre de Patria, pan y Justicia. Ideales que aprendió en su mocedad de inquietudes sociales, aprendidas en primer paso, en su aventura por la CNT, que fue sin duda simiente para su convicción nacionalsindicalista. Ismael, camarada, compañero de sueños y de hechos, que el camino aunque a veces nos haya separado de orillas, nos daba siempre una dirección  que ha sido compartida.

Había leído tu experiencia vital o tu vital experiencia, que es lo mismo, y pronto percibí tu voluntad comprometida, dando así prueba irreversible de la génesis popular y sindicalista del mensaje propuesto por José Antonio tu guía; intelectual nacido desde la base del Pueblo, analista formado en los despachos humildes de un movimiento con vocación de servicio; y un sentido de exigencia y trabajo que le ha llevado a escribir hasta sus últimos días. Y siempre José Antonio; héroe y mártir en tiempos de compromiso, prototipo en el que Ismael fundó una ética de memoria y de historia; testigo permanente de más de tres cuartos de siglo, recogiendo en discursos, en libros y en artículos de prensa, toda la peripecia social y política de una España que todavía no le gustaba; que todavía no nos gusta.

Es tan poco frecuente que un juzgado falle en contra de los intereses de un banco, que cuando ocurre, aquellos que nos hemos mostrado siempre muy críticos con el papel de la banca en nuestro mundo, no podemos evitar una sonrisa, e incluso un pequeño atisbo de esperanza.

La sentencia que se ha producido en Navarra y que se ha conocido en estos días sobre la liquidación de una deuda con garantía hipotecaria mediante la entrega de la casa hipotecada, supone un pequeño contratiempo legal para el sistema bancario. Probablemente no soporte el recurso de la todopoderosa entidad de Don Emilio Botín en la siguiente instancia judicial, pero viene a demostrar que aparte de las leyes, que sabemos que cumplen a rajatabla tanto si les gustan como si no, en ocasiones se impone en sentido común entre nuestros magistrados.

Cuando una familia deja de pagar su hipoteca y se ve forzada a abandonar su vivienda, que el banco aún tenga la capacidad legal de poder reclamar cuotas al deudor, por no haber obtenido en subasta el importe suficiente para cubrir la deuda, es, como poco, abusivo. Son los bancos los que en todo momento han determinado hasta donde podían esperarse que iban a subir los precios y de alguna manera el valor, de los bienes hipotecados. La fluctuación del mercado en ese valor debiera ser asumida por ellos y no por las familias, que no pudieron elegir ni los precios de las viviendas en general, ni el coste de la financiación con la que estas fueron adquiridas. Hay que decirlo claramente: el mercado de hace unos años, era el que era y no había alternativas si es que los ciudadanos querían adquirir una vivienda.

El  27 de noviembre en los “Salones del Mar” de Alicante, Falange Auténtica celebró dentro de los actos del Día del Partidouna interesante mesa redonda con el título ¿Quo Vadis Falange? en la que participaron los secretarios generales de las organizaciones Falange Española de las JONS (FE-JONS), Mesa Nacional Falangista (MNF) y Falange Auténtica (FA); Norberto Picó, Fernando Garcíay Enrique Antigüedad.

Las intervenciones, los participantes disponían de dos minutos para contestar a las preguntas del moderador, suscitaron mucho interés entre el público presente y al final se inició un coloquio con varias de las personas asistentes.

Sintetizar en unas líneas casi dos horas de debate intenso, donde la educación y el respeto fueron totales por parte de los intervinientes, es tarea difícil así que  intentaremos resaltar los mensajes que cada uno expresó a lo largo del acto.

Fernando García, de MNF,expreso al inicio de su intervención una sensación de pesimismo en torno a la situación de Falange (como herramienta de trabajo) que debe ser superado a través de la lucha diaria alrededor de un proyecto falangista con dos vertientes: una a corto plazo, de labor constante a pie de calle y otro más largo, de acción política sabiendo que éste será  un trabajo para  que otras generaciones lo aprovechen. Un proyecto en el que se analice seriamente la realidad de nuestra sociedad y donde hagamos una profunda autocrítica de la realidad falangista, de la falta de trabajo, compromiso y dedicación dentro de las filas de las distintas organizaciones azules. Terminó su intervención aludiendo al tema de la Unidad falangista, expresando su opinión de que ésta sólo vendrá como consecuencia de un trabajo serio, continuo y convergente de los diversos partidos falangistas.

Norberto Picó, de FE-JONS,inició su intervención resaltando que hoy más que nunca, debido a la situación que vivimos en España, no tanto por la crisis económica sino más por la crisis de valores morales existente, Falange es necesaria. Indicó todos los problemas que a un partido falangista ocasiona este  sistema, que se agravarán  con la nueva reforma electoral que está en marcha e incluso con la posibilidad de que en un futuro el gobierno se vea tentado a ilegalizar a los falangistas. Comentó la invisibilidad de las propuestas azules ante el Pueblo español por la falta de presencia en las instituciones y en los medios de comunicación, principalmente en las televisiones, aunque la herramienta de Internet haga más visible nuestra existencia. También hizo autocrítica sobre los problemas organizativos de los partidos falangistas y la necesidad de trabajar  políticamente en otros frentes como el sindical. Sobre el tema de la Unidad, señaló que no nos debemos obsesionar con él, todos los que se sientan falangistas deberían militar en alguna de las organizaciones existentes y que la falta de unidad no sea una excusa para no comprometerse y trabajar.