Borja Manrique.
Siempre (desde que un día en mi casa familiar cayó en mi mano un cuadernillo editado en la época de Franco con tres de los más significativos discursos de José Antonio), desde entonces me he preguntado cual era el futuro de un movimiento político que quisiera llevar esas ideas al pueblo español. Luego comencé a profundizar, y a darme cuenta que había muchos falangismos, tantos como socialismos o liberalismos o fascismos. Este es el mundo de las ideologías. Un lío tremendo.
Me fui dando cuenta de ello, y también con lo que yo conectaba, lo que me llegaba, lo que consideraba más genuino y fiel al viejo cuadernillo de mi casa familiar. Y aparecía ese falangismo-nacionalsindicalismo humanista, cristiano, con una clara conexión con el personalismo comunitario de E. Mounier y también con pensadores de la tradición liberal española como Salvador de Madariaga.