Escuchando a nuestros gobernantes pudiera parecer que con el acuerdo sobre el Estatuto de Cataluña han sido conjurados los peligros de la insolidaridad y de la catalogación de españoles en ricos y pobres por su procedencia geográfica.
El acuerdo anunciado a bombo y platillo entre el Gobierno del PSOE y CiU supone un torpedo en la línea de flotación de la nave, ya de por si debilitada que es España. Al menos de la España que nosotros queremos: la España de la convergencia entre regiones, la España de la igualdad de oportunidades, la España de la justicia, la España que garantiza iguales derechos y deberes a cada ciudadano español y a quienes conviven con nosotros en nuestro territorio.