En una semana donde las primeras planas de los medios de prensa se centraron en la escalada bélica de Oriente Medio y en la maraña política generada en España por las conversaciones-claudicaciones del gobierno socialista con la banda asesina ETA, nos hemos visto gratamente sorprendidos con la actitud de una decena de
pescadores españoles que, asumiendo un comportamiento humanitario que fue más allá de lo exigible, socorrieron durante una semana a más de cincuenta náufragos, todos ellos emigrantes.