Miguel Gil en http://www.lanacion.es/, 23.9.08
¿Se imaginan a Al Qaeda presentándose a las elecciones en Estados Unidos? Si la democracia española fuera mínimamente seria ya hace días que, por lo menos, un ministro y el Fiscal General del Estado estarían en su casa (y el Gobierno en pleno, en entredicho). Son co-responsables directos de que hoy 432 concejales electos bajo la última máscara política de la banda terrorista ETA, ANV, se sienten en sus escaños en localidades del País Vasco y Navarra. La delirante impugnación parcial de las listas de ETA se emprendió con premeditación y alevosía, haciendo oídos sordos a la entonces oposición, al clamor social, a las evidencias informativas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a las investigaciones periodísticas.
La oposición tampoco está a la altura de las circunstancias. Centrada en la economía, ¿ha pedido ya los informes policiales que obraban en poder del Gobierno antes de las elecciones municipales? ¿No van a pedir responsabilidades? ¿Realmente ha exigido al Ejecutivo que, en un plazo breve, dé una respuesta solvente -informes jurídicos mediante-, sobre la aplicación de la Ley Reguladora de Bases del Régimen Local para disolver los 42 ayuntamientos donde gobierna ANV? ¿Pedirán que se revoque la moción parlamentaria alentando negociaciones? Estos también son problemas reales de la gente, de los que el PP debiera ocuparse.
El Estado de Derecho hizo un paréntesis, adecuándose a las circunstancias. Pumpido declaraba que "hay quien entiende la ley de partidos como un Guantánamo electoral, De la Vega que "no vale con imaginaciones para ilegalizar ANV y Bermejo recomendaba lexatines a quienes no hubieran digerido la no ilegalización… Demasiado. Una semana después de que el Supremo dejara en evidencia al Gobierno declarando ilegal ANV, ETA vuelve a matar y todo son declaraciones solemnes de condena y de buenas intenciones. ¿Y qué hay de las responsabilidades? ¿Dónde está la oposición?